El proyecto minero de wolframio en A Gudiña empieza a materializarse. La compañía Eurobattery Minerals ha comenzado los trabajos iniciales en el municipio ourensano a través de su filial gallega, Tungsten San Juan, dando así el primer paso hacia la puesta en marcha de una explotación llamada a ser una de las más relevantes de España y Europa en este mineral estratégico.
Los primeros movimientos de tierra ya son visibles en la zona de San Lorenzo de Pentes, donde se levanta una nave de servicios y operan las subcontratas encargadas de preparar el terreno. Con ello, se inicia la fase de desarrollo de un proyecto que la empresa estima podría generar un impacto económico de alrededor de 500 millones de euros, entre el valor del mineral, el empleo, la contratación local y la actividad auxiliar.
El wolframio (o tungsteno) es un metal de gran valor industrial por su dureza y resistencia a las altas temperaturas. Es esencial en la fabricación de herramientas, componentes electrónicos, blindajes militares y baterías para vehículos eléctricos, lo que lo convierte en un material clave en la transición energética y en la reducción de la dependencia europea de materias primas críticas procedentes del exterior.
Según los últimos análisis realizados por la compañía, el yacimiento de Pentes podría albergar alrededor de un millón de toneladas de mineral, lo que situaría a la mina gallega entre las mayores del país. Los estudios geológicos apuntan a la existencia de 960.000 unidades de tonelada métrica (MTU) de WO₃, la forma en que se comercializa el wolframio en los mercados internacionales.
El CEO de Eurobattery Minerals, Roberto García Martínez, calificó los resultados como “una estimación conservadora”, subrayando que “a poco que se repliquen los resultados obtenidos en la zona inicial, estaríamos ante uno de los principales yacimientos de wolframio de España”.
“Pentes es un proyecto llamado a jugar un papel clave en el suministro europeo de wolframio y en la seguridad de abastecimiento del continente”, afirmó García Martínez.
Las estimaciones iniciales hablaban de unas 60.000 toneladas probadas en una superficie de apenas dos hectáreas, pero los nuevos registros amplían de forma significativa la proyección del recurso. Además, la ley media de wolframio, superior al 1% de WO₃, refuerza el atractivo del proyecto por la alta calidad del mineral.
En un comunicado, la empresa ha destacado su compromiso con la economía local, priorizando la contratación de empresas gallegas para los trabajos de obra, transporte y servicios técnicos. “Queremos maximizar el retorno económico en el territorio”, señalan desde la compañía, que ya ha cerrado los primeros acuerdos con compañías de la zona.
El impacto total estimado incluye, además del valor de mercado del mineral —que supera los 475 millones de euros—, los efectos derivados en empleo, contratación local, impuestos y actividad auxiliar.
Unos inicios no exentos de controversia
A pesar de las expectativas económicas, el proyecto no está exento de debate. La extracción de wolframio implica procesos mineros con potencial impacto ambiental, por lo que distintos colectivos y administraciones seguirán de cerca su desarrollo.
Con todo, Eurobattery defiende que su objetivo es avanzar hacia una minería responsable y sostenible, con medidas de mitigación y control ambiental desde las fases iniciales del proyecto.

