“O rural non pode vivir alleo á cidade, nin a cidade sen o rural”

La Fundación Galicia Sustentable lleva desde 2008 trabajando para transfomar Galicia en una sociedad más sostenible. Su gerente, Marcos Pérez Gulín, tiene claro que el futuro para por fortalecer los nexos entre el mundo rural y el urbano
Marcos Pérez Gulín, gerente de la Fundación Rural Sustentable.
Marcos Pérez Gulín, gerente de la Fundación Rural Sustentable.

Galicia está en plena transición no solo energética o económica: se trata de una transformación profunda, integral, que busca repensar el territorio y su gente desde una mirada sostenible, pero sin caer en simplismos. Así lo entiende Marcos Pérez Gulín, gerente de la Fundación Galicia Sustentable, que lleva más de quince años promoviendo una nueva forma de habitar y entender el entorno gallego.

“Levamos máis de quince anos traballando transformar Galicia nunha sociedade sustentable, fuxindo da simplificación da sustentabilidade como algo exclusivamente ecolóxico e volcados na parte social: temos a responsabilidade de contribuír a esta transformación”, apunta.

Desde la fundación, uno de los focos clave ha sido siempre el rural gallego, aunque sin perder de vista la relación constante entre campo y ciudad. A través de proyectos, estudios y espacios de encuentro que han creado puentes entre los diferentes agentes que participan del ecosistema rural. Una de estas iniciativas es el Foro Rural Sustentable, que tendrá lugar los días 25, 26 y 27 de abril en Os Casares, una antigua granja situada en la aldea de San Cristovo de Mouricios, en Chantada.

“Levamos anos traballando con iniciativas rurais pequenas: neste contexto xurdiu a necesidade de xuntarse de cando en vez tódolos axentes que están a traballar no rural, dende universidades ata pequenas e grandes empresas, para atopar liñas de traballo e activar esa transformación, ese propósito común”, relata Pérez.

Una red entre lo local y lo grande

El Foro Rural Sustentable no es un evento aislado: impulsado por Hijos de Rivera y Gadis, es un espacio de escucha y trabajo constante. En él participan desde pequeñas iniciativas rurales hasta grandes empresas y universidades. La clave está en fomentar una conexión real entre estos mundos, que muchas veces parecen hablar idiomas distintos. “Nós pensamos que teñen o seu papel: dentro desa interdisciplinaridade, as pequenas empresas e as grandes poden facer grandes cousas xuntas».

Uno de los apoyos recientes ha sido el de ABANCA, que se une como impulsora del foro. “A conclusión do ano anterior é que é necesario financiamiento adaptado á realidade do rural como unha panca de transformación; así, é unha fantástica opción para que os pequenos se apoien nos grandes”, prosigue.

Lejos de imponer agendas, el enfoque de la fundación parte del acompañamiento. Escuchar lo que pasa en el día a día de las explotaciones, qué necesitan realmente, y a partir de ahí diseñar acciones que tengan sentido. “O que facemos con eles é darlles apoio, estar aí, escoitar cales son as demandas reais, as necesidades reais que teñen… e iso só podemos sabelo estando con eles”, relata.

Relevo generacional: de la teoría a la acción

Uno de los temas recurrentes en el rural gallego es el relevo generacional. Pero desde la fundación han querido darle una vuelta: dejar de hablar en abstracto y mostrar casos reales, en carne y hueso. “O enfoque que aportamos nós é un coloquio inicial con tres mulleres xóvenes con explotacións agrarias: son persoas menores de 30 anos que nos falarán do seu día a día”.

El objetivo no es sólo inspirar, sino también buscar mecanismos para dar continuidad a explotaciones más allá de los vínculos familiares tradicionales. “Temos que buscar ferramentas para que xente sen relación cos propietarios iniciais teña a opción de continuidade, enfocalo dende esta perspectiva”.

No convertir el rural en un parque temático

Otro de los riesgos que se señalan es la “tematización” del rural, es decir, convertirlo en un escenario turístico sin conexión con su esencia ni funcionalidad real. “Sen caer na tematización… que non sexa todo turismo rural con piscinas, senón granxa, ecogranxa, natureza… non levar ó rural hábitos que son do urbano”.

Esta transformación mal entendida, además, puede derivar en lo contrario de lo que se busca. Como ejemplo, Pérez habla de cambiar huertos por piscinas, lo que crea “hábitats urbanos en entornos rurais”.

Alimentación, salud y soberanía

La pandemia sirvió como un recordatorio: cuando el comercio internacional se detuvo, el abastecimiento local se volvió esencial. Esto fortaleció la idea de que el rural gallego no sólo es un espacio de vida, sino también un pilar para la seguridad alimentaria.

“Foi moi importante esa capacidade de abastecemento propio». Esta conexión con la alimentación y la salud se está consolidando también en el ámbito urbano y podría ser una de las claves para revitalizar el rural partiendo de esa demanda creciente y consciente.

Además de promover foros e iniciativas, la fundación trabaja con una finca experimental en A Laracha, donde prueban prácticas sostenibles en el terreno. No se trata de una explotación productiva, sino de un laboratorio vivo que permite poner a prueba y ajustar las ideas a la realidad física del campo. “Permite vivir o día a día dunha explotación e achegarnos moito máis á realidade, poñendo obxectividade ós criterios de sustentabilidade».

Para Marcos Pérez y la fundación, hablar de sostenibilidad en Galicia es hablar de futuro. Pero no un futuro teórico o idealizado, sino uno que ya se está construyendo desde múltiples frentes. Lo importante, dice, es seguir escuchando, conectando y actuando. “Xa hai moita xente falando: agora toca facer”, concluye.

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