El culebrón de Endesa sobre el futuro de su central térmica en As Pontes se cerrará con un sabor agridulce, después de que la compañía haya anunciado que construirá en el municipio su mayor planta de hidrógeno verde de España. Todo ello tras más de un año de inactividad y desempleo para cientos de trabajadores de las industrias auxiliares, traslados de trabajadores de la central, pérdidas millonarias para la propia compañía y para otras empresas de la comarca y un sinfín de pruebas con biocombustibles que finalizaron con el anuncio de cierre de la planta el pasado 19 de enero aludiendo a razones técnicas, ambientales y económicas.
Sin embargo, tras el visto bueno ayer en el Congreso del decreto que regular los fondos europeos de reestructuración, el Ministerio de Transición Ecológica anunció que empresas como Endesa podrían acogerse a ayudas de hasta 100 millones de euros para poner en marcha nuevos proyectos industriales que favorezcan la descarbonización. Unas ayudas comunitarias que se suman a las que el propio Gobierno de España movilizará a través de su Plan del Hidrógeno Verde y la convocatoria de subvenciones del Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía (IDAE) para zonas en procesos de transiciones energéticas justas.
Como ya adelantó ENFOQUES.GAL el pasado mes de diciembre, una de las opciones que se barajaba para la continuidad de Endesa en As Pontes era la posibilidad de acogerse a estas ayudas. Con estas subvenciones públicas millonarias sobre la mesa, Endesa ha hecho público hoy este nuevo proyecto, que alcanzará una inversión total de 738,2 millones de euros. De la operación de la instalación se ocuparán un centenar de personas, a las que se sumarán otras treinta que se encargarán de gestionar los parques eólicos del entorno de la localidad que suministrarán la energía eléctrica precisa.
La planta de hidrógeno situará en As Pontes uno de los focos del proceso de transformación que está viviendo el sector energético, ya que el proyecto será una referencia internacional por el combustible, por el tamaño y por la tecnología. La elección de As Pontes se inscribe en el Plan Futur-e, el paquete de medidas que Endesa aplicará para mitigar el cese de actividad en la central térmica de carbón, a la que los cambios que se están produciendo han dejado fuera del mercado.
Infraestructura y empleo
En síntesis, el proceso que se realizará en la planta consistirá en aprovechar la energía eléctrica de los parques eólicos vinculados para transformar agua en hidrógeno por medio de electrólisis. La instalación contará también con sistemas de almacenamiento, así como de distribución, del combustible resultante. Es decir, Endesa no sólo producirá el combustible, sino que también se ocupará de su logística y transporte. El proyecto tiene un marcado carácter innovador, porque sólo se conocen experiencias de hidrógeno renovable a pequeña escala.
Endesa, que ha elegido como emplazamiento una superficie próxima a su central de ciclo combinado, espera poder iniciar la planta en enero de 2023, para rematarla en diciembre de 2024. Durante esos 24 meses, trabajarán en la construcción 120 personas. El coste será de 127,2 millones de euros. En paralelo a estos trabajos, entre julio de 2023 y diciembre de 2024, Endesa levantará en las proximidades de As Pontes seis parques eólicos que sumarán 611 megawatios. “La construcción generará mil empleos durante esos 18 meses, con una inversión de 611 millones de euros, lo que hace un total de 738,2 millones en el conjunto del proyecto”, asegura la compañía energética.
La instalación tendrá una producción anual de 10.000 toneladas, para lo que se estima un tiempo de funcionamiento del electrolizador de 5.800 horas. Debido a tan elevada producción, Endesa analizará la conveniencia de instalar también una planta de licuefacción, lo que facilitaría el transporte del combustible a los puntos de consumo, previsiblemente industrias de la zona; esta infraestructura no ha sido presupuestada.
La producción de hidrógeno renovable que se hará en As Pontes evitará la emisión a la atmósfera de 37.758 toneladas de CO2 por año, y el ahorro de energía primaria se estima en 18.640 toneladas equivalente de petróleo al año. “El proyecto, que afecta a una zona donde se vive el proceso de transición energética, es una iniciativa innovadora que carece de viabilidad comercial por el estado del mercado y de la tecnología, de ahí que Endesa precise el apoyo de fondos europeos para garantizar su viabilidad”, explican desde Endesa.
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