La plantilla de Einsa Print, en su totalidad, ha respondido afirmativamente a la convocatoria de huelga este viernes, en protesta contra el Expediente de Regulación de Empleo (ERE) propuesto por la compañía. La huelga, que comenzó a las 22:00 horas del jueves, tiene como objetivo principal reclamar un plan de viabilidad que asegure la continuidad de todos los empleos y de la actividad productiva. La medida ha afectado todos los turnos de trabajo, y se extenderá hasta el sábado 18 de noviembre.
Para aumentar la visibilidad de sus demandas, los empleados han mantenido una concentración permanente frente a la planta de Penapurreira. Además, entre las 12:00 y las 14:00 horas, trasladaron su protesta a las calles de Pontedeume, donde Einsa Print posee otras instalaciones. Las movilizaciones no se detendrán aquí. Está prevista una nueva jornada de huelga para el miércoles 22 de noviembre, día en el que se llevará a cabo una reunión en el período de consultas. Con este motivo, el personal planea desplazarse en autobús hasta Santiago de Compostela para concentrarse a las 11:00 horas frente al Consello Galego de Relacións Laborais, donde se desarrollan las reuniones con la empresa.
Adicionalmente, se han convocado paros para los días 29 y 30 de noviembre, coincidiendo con el fin del período de negociaciones del ERE. Daniel Pena, presidente del comité, ha urgido a las administraciones a implicarse en la defensa de los puestos de trabajo y a convocar una reunión con el Ministerio de Industria, la Consellería, el Concello das Pontes, la empresa y la representación del personal, con el fin de buscar alternativas al plan de despidos.
Por su parte, la empresa mantiene su postura sobre los despidos. En una reunión reciente, presentó un plan de recolocación que mejora ligeramente lo estipulado por la legislación sobre los ERE, pero no altera el número de personas afectadas ni mejora las indemnizaciones más allá de los 20 días por año trabajado que marca la ley. El comité denuncia que el único plan de viabilidad de Einsa parece ser despedir a 154 trabajadores en As Pontes, a pesar de haber recibido considerables ayudas públicas a lo largo de los años. Además, se sospecha que la empresa tiene otros proyectos para la planta de Penapurreira que no han sido revelados.
Finalmente, el personal reitera su llamado a las administraciones para que realicen las gestiones necesarias y eviten esta nueva crisis laboral en As Pontes, una localidad ya afectada por el cierre de la mina y que había sido emblema de los planes de reindustrialización.