Carmen Blanco, propietaria de la taberna en el Parque Natural As Fragas do Eume, ha tomado la difícil decisión de cerrar temporalmente su establecimiento ante el alarmante estado de la carretera principal. La situación del parque, descrito por National Geographic como el “parque natural más hermoso de España”, ha empeorado, afectando no solo a los negocios locales como el de Carmen, sino también a la seguridad y experiencia de los 64.261 visitantes que recibió en 2021. Desde hace más de un año, la Xunta de Galicia ha cesado las labores de mantenimiento en la carretera, convirtiéndola en una amenaza constante por desprendimientos, inundaciones y caídas de árboles.
“Hubo una avalancha enorme junto al río, al lado del puente de Santa Cristina, que no cogió a mi hijo por dos minutos.” Carmen explica que la situación no es nueva. El año pasado, tras unas inundaciones, la carretera quedó “bastante deteriorada, con más de 150 baches enormes” y desde entonces “no se arregló nunca más.” Esta situación afectó seriamente el turismo durante la Semana Santa y el verano, ya que la empresa que prestaba el servicio de buses lanzadera se negó a seguir circulando y los visitantes solo podían acceder a Caaveiro a pie o en bicicleta, recorriendo los 16 kilómetros desde el centro de interpretación.
Pero desde las últimas borrascas, especialmente desde el puente del Pilar, situación ha alcanzado un punto crítico. “La carretera está en un estado deplorable, como si estuviera en un país en guerra. Me siento responsable por la seguridad de cualquier persona que llegue a mi establecimiento porque tenemos un efecto de atracción, especialmente desde que nos nombraron como el mejor local de hostelería en Tripavisor” explicó Carmen.
La situación ha llevado a esta empresaria a una posición desesperada, viéndose forzada a despedir a su personal por el descenso de ingresos y atender su negocio sola. “Me siento responsable si algún empleado mío va por esa carretera y pasa algo,” explica con preocupación. “Subo toda la mercancía yo misma. Nadie reparte ahí”, dice Carmen, destacando la dificultad añadida de operar en estas condiciones. “El no saber si podré ir a trabajar, e incluso si podré salir, me produce una sensación de impotencia e inseguridad”.
Es por eso que ha tomado la determinación de solicitar el cierre temporal de la actividad, pero esto tampoco está resultando fácil, ya que la Xunta no le otorga los informes necesarios para finalizar este trámite. “Voy a tener que contratar a un ingeniero de caminos y pagarlo de mi bolsillo”. El abogado de Carmen, Xoán Antón Pérez Lema, ha anunciado que llevarán el caso ante el Valedor do Pobo y, de ser necesario, presentarán una reclamación de responsabilidad patrimonial contra la Xunta de Galicia. Este proceso legal busca abordar los daños causados por la falta de mantenimiento y la inacción de la administración autonómica.
Históricamente, la Xunta de Galicia ha sido responsable del mantenimiento de esta carretera, crucial para el acceso al parque y al monasterio de Caaveiro, un cenobio con más de diez siglos de historia. Sin embargo, la Xunta ahora se desentiende de esta obligación, a pesar de las transferencias de competencias del Instituto para la Conservación de la Naturaleza (ICONA) y las claras evidencias de su previa responsabilidad en el mantenimiento de la vía durante más de 40 años. La situación actual en As Fragas do Eume no solo pone en riesgo la supervivencia de negocios como el de Carmen, sino que también amenaza la seguridad de los visitantes y el patrimonio natural del parque.