El Torreón de los Andrade: un siglo como símbolo histórico

El Torreón de los Andrade, símbolo de Pontedeume, celebró el 13 de septiembre sus 100 años como monumento histórico-artístico, con actividades que resaltaron su relevancia patrimonial

El Torreón de los Andrade es uno de los principales reclamos turísticos de Pontedeume

El pasado 13 de septiembre, Pontedeume celebró el centenario de la declaración del Torreón de los Andrade como Bien de Interés Cultural (BIC), un hito clave para la historia y el patrimonio de la localidad. El Torreón, junto con el desaparecido pazo de los Andrade, fue designado monumento histórico-artístico en 1924, tal y como se recoge en la edición de la “Gaceta de Madrid” de ese mismo mes. Para conmemorar este aniversario, el Concello organizó una serie de actividades que resaltaron la importancia histórica y arquitectónica de esta imponente construcción medieval. Uno de los actos más destacados de la celebración fue la proyección de una iluminación especial sobre el Torreón, acompañada del lema “Casa dos Andrade”, en homenaje a la influyente familia que dio origen a la estructura. Esta iluminación se mantuvo visible hasta finales de mes, sirviendo como recordatorio de la relevancia de este monumento en la historia de Pontedeume. Asimismo, se repartieron bolsas conmemorativas en la Oficina de Turismo durante el fin de semana, como parte de una estrategia para acercar este patrimonio histórico a la ciudadanía y a los visitantes.

La celebración del centenario no fue un evento aislado, sino que formó parte de un proyecto más amplio del Concello destinado a concienciar a la población sobre la importancia de la conservación patrimonial. En el marco del programa “Educando en patrimonio”, se llevaron a cabo actividades educativas a lo largo del año, con especial foco en los centros escolares del municipio, para fomentar una mayor apreciación del valor histórico del Torreón. El historiador Carlos de Castro ofreció una conferencia titulada O Torreón de Pontedeume, 100 anos dunha declaración de Monumento histórico-artístico, que repasó en detalle la historia del monumento y su proceso de conservación.

El legado de los Andrade

El Torreón de los Andrade, junto con el desaparecido pazo que lo acompañaba, representa un vestigio de la rica historia de la villa de Pontedeume y su conexión con el poder feudal de los siglos XIV y XV. La construcción del torreón fue encargada por Fernán Pérez de Andrade, también conocido como “O Bo”, un noble gallego que ostentaba el señorío de Pontedeume y cuyo linaje influyó decisivamente en la historia local. Pontedeume, que había recibido el estatus de villa en 1270 de manos del rey Alfonso X el Sabio, se convirtió en un bastión estratégico para los Andrade, quienes gobernaban la región bajo el amparo de la monarquía. El Torreón, edificado en la primera mitad del siglo XIV, fue concebido como una torre del homenaje, la parte más fortificada del pazo de los Andrade, desde donde se vigilaba y defendía la villa y su entorno.

El Torreón es de planta cuadrada y alcanza los 18 metros de altura, con muros de más de dos metros de grosor, una característica típica de las construcciones defensivas de la época. En la fachada sur, se conserva un escudo con 18 banderas que conmemora la victoria de Fernando de Andrade sobre las tropas francesas en la Batalla de Seminara en 1495, lo que resalta la importancia militar de la familia Andrade. Encima del escudo se lee el lema familiar “Nolite Nocere” (“No hagáis daño”), una frase que refleja los valores y la ideología de la familia.

 

Escudo de los Andrade en la fachada del Torreón

Sobre la relevancia de este aniversario, el alcalde de Pontedeume, Bernardo Fernández, expresó el “orgullo que supón para os eumeses e as eumesas un aniversario destas características. Dun edificio como Torreón dos Andrade, que é un símbolo de Pontedeume, que moitos e moitas nos identificamos, que está no noso escudo e que, ademais, preside a fachada nosa vila”. Fernández también recordó la conexión histórica y emocional que el Torreón sigue teniendo para la comunidad: “Todos aqueles e aquelas que nos visitan e se adentran en Pontedeume a través desa ponte de pedra, que é un dos nosos símbolos, atopanse de frente con esa construcción majestuosa que dá boa conta do pasado que tivo a nosa vila, dese pasado de esplendor no medievo que a familia dos Andrade é reconvertido en oficina de turismo, en centro de interpretación de Salinasi”.

El pazo de los Andrade, que fue derribado progresivamente a lo largo del siglo XX, era un impresionante complejo arquitectónico que incluía el Torreón y la capilla de San Miguel. La capilla fue demolida en 1909, y en 1935, pese a su designación como Monumento Histórico-Artístico, el propio pazo fue finalmente derribado. La desaparición del pazo fue motivada por la expansión urbana de Pontedeume, que vio en su terreno una oportunidad para el desarrollo de infraestructuras modernas, como el acceso a la estación de ferrocarril.

 

Torreón de los Andrade. Circa 1920. Foto probablemente de Pascual Rey

A mediados del siglo XVI, el linaje de los Andrade se fusionó con el de los Condes de Lemos a través de un matrimonio, lo que consolidó aún más el poder de esta familia en Galicia. El pazo, que había sido testigo de siglos de poderío nobiliario, pasó a formar parte del vasto patrimonio del Ducado de Alba, que heredó el título y las tierras de los Andrade. No obstante, con el paso del tiempo y la falta de un adecuado mantenimiento, la estructura del pazo fue decayendo hasta su demolición.

El Torreón, sin embargo, logró sobrevivir, en parte gracias a las intervenciones de restauración realizadas en 1951 y 1974. Estas obras permitieron conservar el aspecto que tiene hoy en día, si bien su uso se ha transformado. Actualmente, el Torreón alberga un Centro de Interpretación dedicado a la historia de los Andrade, además de servir como oficina de turismo y sala de exposiciones, manteniéndose como uno de los elementos más icónicos del paisaje urbano de Pontedeume.

Un legado vivo

“Para nós é un orgullo poder contar na nosa vila con un edificio catalogado xa hai un século como ben de interés cultural. Así que celebramos este mérite con ledicia, con orgullo de pertenza a unha vila medieval que ten ese símbolo que nos lembra e nos recorda a todos en gran medida de onde vimos”, afirmó el alcalde, en referencia a la permanencia del Torreón como símbolo de la identidad de la villa.

El Torreón de los Andrade sigue siendo un emblema de la villa de Pontedeume, no solo por su historia, sino también por su simbolismo como un vestigio de la época medieval. Aunque ha perdido gran parte de las estructuras que lo acompañaban, como el pazo y la capilla, su presencia sigue siendo poderosa y evocadora, dominando la plaza de los Condes de Pontedeume con su silueta imponente. Bernardo Fernández también subrayó la importancia de este símbolo para el futuro de la villa: “Sen lugar de dúbidas, continuará outros moitos centos de anos presidendo esa fachada e facendo que nos sentamos moi orgullosos e orgullosas do pasado da nosa vila e das nosas raíces”.

Este centenario ha sido una oportunidad para poner en valor la importancia de la conservación del patrimonio, no solo como una obligación histórica, sino como un motor cultural y turístico para la región. Las actividades organizadas por el Concello durante este año, en particular el programa “Educando en patrimonio”, han buscado asegurar que las nuevas generaciones entiendan la relevancia del Torreón y continúen su legado de preservación. La declaración del Torreón como BIC hace 100 años marcó el inicio de un reconocimiento que se ha extendido a lo largo del tiempo, y las celebraciones de este centenario han recordado a los habitantes de Pontedeume, así como a los visitantes, que la historia sigue viva en las piedras de este monumento.

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