Belén Toimil (Mugardos, 1994) recogía en marzo, en una misma tarde, el pase a la final de un Campeonato de Europa, la mínima para los Juegos Olímpicos de Tokio y el récord de España gracias a su lanzamiento de peso de 18’64 metros. Toimil pulverizaba así el récord de Martina de La Puente, de 17’94 metros, que llevaba 25 años vigente. Después de convertirse en la primera española en superar la barrera de los 18 metros, la lanzadora mugardesa continúa entrenando en el Centro de Alto Rendimiento de León.
¿Cómo te encuentras ahora?
Estamos en un período de carga de entrenamiento, después del europeo tuvimos un par de semanas de descanso y ahora toca volver a cargar kilos para los meses que vienen.
¿Cómo fueron los meses de confinamiento?
El confinamiento fue duro, como para todos, un período de 3 meses hace perder mucho la forma. Cuando volvimos a entrenar la finales de mayo se notaba que estábamos casi a 0.
¿Hubo agujetas el primer día de entrenamiento?
¡Todo el primer mes! Pero era lo lógico después de tres meses sin hacer nada. Empezamos progresivamente, porque si metes una carga a la que no estás acostumbrada puedes lesionarte. Pero cada entrenamiento cuenta y para agosto y septiembre ya estábamos en relativa forma.
¿Qué opciones de entrenamiento tenías en el confinamiento?
Conozco compañeros que tenían material y pudieron seguir más o menos entrenando, pero yo vivo en un piso pequeño y solo tenía unas mancuernas. Así que me centré en hacer repeticiones, sentadillas, arrancadas a una mano, torsiones, abdominales…
¿Intentaste levantar algún mueble?
Intenté hacer peso muerto con el sofá, pero era inviable (ríe).
¿Cómo fue el día del lanzamiento en el que conseguiste la mínima olímpica?
Estaba contenta porque tenía ganas de competir, llevaba tres años sin ir a un internacional y tenía ganas de sentirme otra vez parte de la selección. Hice el lanzamiento, vine donde caía la bola y fue un shock. No sabía qué hacer.
¿Hubo lágrimas ese día?
Sé que lloré pero porque lo notaba en la mejilla, pero no sabía ni lo que estaba haciendo. Me eché las manos a la cabeza cuando vi dónde había caído la bola, pero cuando vine que la medición implicaba mínima olímpica no lo creía.
¿A quién le dedicas esta marca?
A mi madre, quien ya hace unos años que no está con nosotros, a mi padre y a mi entrenador, y a toda la gente que está conmigo en el día a día.
¿Cómo se celebra una mínima olímpica?
Fue extraño, porque al día siguiente tenía la prueba final del Europeo y no podía hacer ninguna fiesta, tenía que concentrarme. Pero llamé a mi entrenador, a mi padre, a mi mejor amiga, quería compartir esa alegría con los ser queridos.
¿Qué haces cuando no entrenas?
Viajar, siempre que me coincide bien con la planificación de entrenamientos intento ir a ver a mi mejor amiga que vive en Tenerife. Ojalá poder volver a viajar como antes.
¿Pudiste volver a Mugardos tras el campeonato?
Volví a Galicia para el Campeonato Gallego hace unas semanas. Es una pasada, cargar pilas y estar con la familia, ya que hasta agosto no podré volver.
¿Echas de menos Galicia?
Totalmente, al final es mi hogar y no puedo estar ahí siempre porque mi vida la hago en León, pero cuando voy siempre que puedo.
¿Cuál es el objetivo para los Juegos?
Ir tranquila, lanzar como sé. No sé con que resultado volveré, pero si consigo quedar contenta, ¿qué más puedo pedir?
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