Cedeira urge soluciones a los vertidos en la ría

Reclaman medidas a la Xunta, ya que cada cierto tiempo se detectan elevados niveles de E.Coli pese a la gran inversión del Concello en saneamiento

La Ría de Cedeira viene sufriendo desde 2020 episodios puntuales de contaminación por E.coli cada vez más habituales, una situación que, aunque no está afectando a la calificación de excelente del agua de sus playas, sí está teniendo graves consecuencias para los bancos marisqueros de Pantín, Esteiro y Villarrube. El Concello de Cedeira realizó importantes inversiones, de más de dos millones, para mejorar la red de saneamiento, lo que permitió mejorar la calidad de las aguas. Sin embargo, en la zona portuaria, competencia de Puertos de Galicia, sigue habiendo puntos de vertido que podrían estar detrás de estos episodios de contaminación.

“Detectamos la E.coli en el mar, no en la depuradora, por lo que creemos que las fosas sépticas que hay en el puerto podrían ser las responsables de estos picos de contaminación que luego desaparecen”, relata el alcalde de Cedeira, Pablo Moreda Gil, quien lamenta que llevan esperando por una reunión con responsables autonómicos “desde el pasado mes de noviembre”.

El regidor recuerda cómo la calidad de las aguas era “insuficiente” en las playas del municipio en 2015 y, tras invertir en mejoras en la red separativa para mejorar el funcionamiento de la depuradora y en otras medidas más pequeñas como la instalación de colectores de aceite para evitar la aparición de bolas de grasa, las aguas de baño pasaron a tener la condición de “excelente” que mantienen hasta hoy.

En este proceso también contribuyeron las diferentes campañas de sensibilización sobre los perjuicios de verter directamente a los sumideros o el trabajo de la Asociación de Amigos de los Ríos de Cedeira (ARCE), cuyas limpiezas ayudaron a mejorar mucho la situación del Condomiñas.

“Durante muchos años la calidad de las aguas fue de suficiente o insuficiente y, después de mucho esfuerzo, conseguimos mantenerla, subirla hasta el ‘bien’ y, finalmente, alcanzar el nivel de excelente, que ahora podría correr peligro”, advierte el regidor.

Sin embargo, a partir de 2020 comenzaron a darse de forma puntual los episodios de contaminación por E.coli, una problemática que afecta especialmente al marisqueo, “un sector importantísimo”, pero que también es necesario solucionar “para evitar un problema de salud pública”. Esta situación incluso amenaza la recalificación de la calidad de agua de la Playa de la Madalena.

En este contexto, Cedeira sigue esperando una reunión con la delegada territorial de la Xunta, Martina Aneiros, aplazada sin fecha. En noviembre sí se mantuvo junto con el alcalde de Valdoviño, Alberto González, un encuentro con Puertos de Galicia, institución a la que se solicitó que se sumase a la red de saneamiento municipal.

Así, la intención de Cedeira y Valdoviño es poder concretar con la delegada otras posibles reuniones con organismos concernidos por esta situación, como Sanidad, Medio Ambiente, Augas de Galicia o el propio Instituto Tecnológico para el Control del Medio Marino de Galicia (Intecmar).

Depuración de los bivalvos

La Cofradía de Pescadores y Mariscadores de Cedeira sigue con preocupación esta situación: las últimas mediciones sí revelan una mejora de la situación después de la limpieza de una fosa séptica en el puerto, pero habría que esperar para ver si la situación se mantiene en el tiempo.

Mientras tanto, los bancos de almeja y berberecho siguen clasificados como “zonas C”, lo que implica que el marisco no se puede vender directamente en la lonja, sino que tiene que ser reinstalado y depurado, en este caso en las instalaciones del Puerto Exterior antes de su venta al público.

“Así es complicado que lo quieran en la lonja: al tener que ir a depurar después de extraerlo, generalmente más de una semana, nunca sabes cuándo va a llegar”, lamentan desde la Cofradía.

En todo caso, el problema sigue pasando por localizar el origen de la contaminación: aunque uno de los focos se localiza frente a la propia zona portuaria, estos picos esporádicos podrían tener más causas, ya que en varias ocasiones, aunque no siempre, coinciden con episodios de lluvias intensas.

“Podría ser por vertidos de purines, que la gente abona y se filtra y se filtra con las lluvias, pero hay veces que llueve y las mediciones dan perfectas”, apuntan desde la Cofradía, que señala que estos niveles de contaminación empezaron a detectarse en el banco de Vilarrube, en la zona de la ría más próxima a la Ensenada de Esteiro, y pasaron a generalizarse a los demás.

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