Lucía Toval y Brais Romalde son alumnos de segundo de bachillerato del instituto ferrolano Sofía Casanova. Ambos forman parte del programa del Bachillerato de Excelencia en Ciencias y Tecnología (STEMBach). Esta modalidad de bachillerato tiene plazas limitadas, que se asignan por nota académica, e incluye la realización de un proyecto de investigación en colaboración con la Universidade de A Coruña. En el caso de estos dos alumnos ferrolanos, su proyecto se centra en utilizar el software Knime para diagnosticar automáticamente párkinson a través de grabaciones de voz de pacientes.
En febrero de 2020, las facultades colaboradoras del campus de Ferrol ofrecieron a los 19 estudiantes del programa un tema para trabajar. “Nos asignaron un proyecto sobre inteligencia artificial, que nosotros teníamos que aplicar sobre la base de datos que quisiéramos”, cuenta Lucía.
“Decidimos el tema del párkinson porque a ambos nos toca en nuestras familias y así podíamos dar un punto de vista más personal”, explica Brais sobre la elección del tema. “Nos pareció interesante porque aunque se conoce desde hace mucho, es muy difícil de diagnosticar. Los síntomas son ambiguos. Además, un diagnóstico precoz siempre es mejor”, subraya Lucía.
El proyecto parte de una base de datos con grabaciones de voz hechas a pacientes, unos con párkinson y otros que no. “Nuestro software analiza estos datos” y tras varios ensayos, “hemos conseguido que el programa aprenda a saber cuáles son con pacientes de párkinson y cuáles no. La idea es que sea capaz de diagnosticar escuchando su voz”, explica Lucía sobre el proceso de la aplicación.
#STEMbach Lucía Tobal Barcelo e Brais Romalde Campos, alumnos do IES Sofía Casanova de #Ferrol, están están a empregar o software KNIME para o diagnóstico automático de pacientes con Párkinson a partires de gravacións de voz. Non nos pode gustar máis o seu proxecto! @UDC_gal pic.twitter.com/roc2aZ3mOZ
— Campus Industrial (@CIFerrol) December 21, 2020
El proyecto se desarrolla bajo la supervisión de Elisa Moreira, la tutora del instituto y dos tutores de la Escuela Universitaria Politécnica. Óscar Fontenla y Andrés Piñón son los apoyos de la universidad que ha tenido el equipo. Sobre su trabajo, Lucía comenta su apoyo, “al principio estábamos muy perdidos y gracias a ellos aprendimos a usar el programa, sin ellos no hubiéramos llegado al final”.
Debido al contexto sanitario, el seguimiento fue mediante tutorías telemáticas. Sin embargo, según su tutor, Óscar Fontenla, “fueron capaces de trabajar de manera autónoma rápidamente”. Según cuenta el docente, “les damos apoyo y materiales. En nuestro caso el software es gratuito, pero les dimos un curso para que supieran manejarlo”.
Fontenla resume el trabajo de los tutores en “buscar el equilibrio”. “Tienen que ser proyectos sencillos que no requieran una gran experiencia previa, porque son alumnos del instituto”, añade el docente, “simplificar las herramientas pero que puedan ver todo el proceso, desde que recogen los datos hasta los resultados”.
Una efectividad de casi el 90%
Respecto a las conclusiones del proyecto, Brais nos avanza que han terminado ya la parte práctica. “Hicimos varias pruebas, algunas llegaban al 70%. Pero intentamos mejorar y conseguimos llegar hasta alrededor de un 90% de efectividad”, cuenta el alumno. Ahora preparan la memoria del proyecto, donde tendrán que recoger toda su investigación y defenderla ante sus tutores a principios del próximo año.
Además del resultado puramente de investigación, este proyecto estrecha lazos entre instituto y universidad. Según Fontenla, tiene un doble beneficio, “para los estudiantes de bachillerato, conocen lo que hacemos en la universidad y en las titulaciones, así que tienen información de primer amano para decidir la carrera”. Por su parte, la universidad “siempre se ve como un edificio docente. Pero con estos proyectos se acerca la divulgación y las aplicaciones prácticas a la sociedad”, añade el tutor.
Los alumnos también ven esa sinergia entre ambas instituciones. “Yo antes no sabía cómo funcionaba la universidad, es una oportunidad para hacerte una idea”, cuenta Lucía. Como era de esperar, ambos pretenden estudiar alguna ingeniería el próximo curso. Sin embargo, este proyecto no les contará para su nota de acceso a la universidad. Ambos recalcan “es algo que hacemos porque disfrutamos y tenemos el interés en ello”.