El BNG pide un nuevo decreto de usos para la piscina de Caranza y exige la apertura de la de Batallones a los civiles

Representantes del Club Natación Ferrol señalaron que la piscina se encuentra masificada y que los clubes tiene problemas a la hora de utilizarla
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El BNG de Ferrol junto a representantes del Club Natación Ferrol quisieron poner de relieve la problemática existente en torno a piscina municipal de Caranza debido a la falta de espacio. Una situación que afecta tanto a los trabajadores de este club, que están en una situación en la cual peligra su empleo, como a los usuarios que ven limitada la capacidad que tienen a la hora de hacer uso de una instalación que es publica.

Ivan Rivas explicó que «resulta evidente que en el ayuntamiento de Ferrol existe un déficit de piscinas ya que la demanda que hay es muy superior las instalaciones de las que disponemos». En este contexto, dijo, «parece poco comprensible que en la ciudad haya instalaciones públicas como es la piscina de Batallones, propiedad del Ministerio de Defensa, que tiene un uso exclusivamente limitado al propio Ministerio». Es por eso que desde el BNG consideran que el gobierno local debería demandar del Ministerio de Defensa que ponga esta instalación a disposición de la ciudad para el uso de los vecinos y vecinas bien sea a través de los clubes, a través de colectivos o de los usuarios y usuarias que cada vez están poniendo más en evidencia a demanda que tienen de este tipo de instalaciones.

Además los nacionalistas han demandado al gobierno local que desarrolle un decreto de usos de la piscina de Caranza que responda a la demanda de los usuarios, que no implique el despido de trabajadores y trabajadoras hasta ahora vinculados la esa instalación y que se haga atendiendo a las necesidades que tienen los clubes que hacen uso de la piscina y escuchando las demandas y necesidades que tienen.

Jorge Jimenez, miembro del Club Natación Ferrol señaló que las bases actuales tienen carencias importantes de cara a utilización de la piscina por parte de los clubes, ya que reflejan una serie de situaciones desiguales en una piscina que se encuentra masificada.

«Esto tiene como consecuencias la pérdida de horas de trabajo por parte de trabajadores que llevan muchísimos años trabajando en la instalación y que por ese acotamiento del espacio no hay canales suficientes para mantener las escuelas de natación como venían funcionando hasta ahora, hay menos horarios para la escuela y menos horarios para poder entrenar por parte de los nadadores del clubs e incluso la pérdida del trabajo por parte de los monitores», lamentó.

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