Los trabajadores de Indasa, la empresa que se encargan del mantenimiento de las cabinas de chorreo y pintado de Navantia iniciaron este lunes huelga indefinida en defensa de la continuidad de sus empleos y para que se respete el derecho a la subrogación recogido en el convenio de siderometal de A Coruña. Desde el arranque de la jornada laboral y durante tres horas, los trabajadores estuvieron en la puerta de Navantia Ferrol repartiendo folletos informativos para explicarle al resto del personal del astillero cuál es su situación laboral y que demandan. El próximo miércoles harán reparto también durante tres horas, pero en esta ocasión en el astillero de Fene.
Estos diez trabajadores corren el riesgo de quedarse en la calle a partir de 1 de diciembre, ya que Navantia no prorrogó el contrato del servicio ni licitó la nueva concesión, por lo que los operarios no tendrían empresa en la que subrogarse. Además de quedar sin empleo en el corto plazo, el problema está en que, si Navantia decide retrasar la licitación más de seis meses, los trabajadores perderán el derecho a la subrogación.
Este derecho —que está recogido en el convenio colectivo de aplicación, lo de siderometal de la provincia de A Coruña— se consiguió después de una «durísima lucha» y tiene como objetivo dar estabilidad laboral al personal de las auxiliares, recuerdan desde la CIG. A este respeto, y después de las presiones ejercidas por la CIG, la pasada semana se consiguió abrir negociaciones tanto con Navantia como con la empresa contratista, Indasa, para buscar soluciones que permitan a estos trabajadores mantener sus empleos y sus derechos. Una solución que, apunta la CIG-Industria, «no debería ser muy compleja» toda vez que hay actividad en otras cabinas y en cuestión de meses llegará una importante carga de trabajo a los astilleros de la ría.