Los dos tonos de grises que lucirán en las fachadas del pazo municipal una vez que finalicen las obras de rehabilitación del edificio pueden verse ya en la fachada que da a la calle Rubalcava. Estos días, los trabajadores están finalizando las labores de pintado en esa parte del Concello, donde se están empleando los colores que se usarán en el resto del edificio.
El concelleiro de Urbanismo, Julián Reina, comprobó este lunes el avance de los trabajos, que continúan por las fachadas de la calle María y de la plaza de Armas, al tiempo que se está finalizando la instalación de la nueva cubierta de zinc en la parte este del inmueble.
La rehabilitación de la cubierta y de las fachadas del edificio del Concello, financiado por el POS+ de la Deputación da Coruña, cuenta con un presupuesto de 562.650 y contemplan el cambio de revestimiento de la cubierta, la eliminación de las buhardillas e instalación de ventanas giratorias, la eliminación también de los pináculos de la torre del reloj, la pasivación puntual de las armaduras de las semiviguetas del forjado de la cubierta y el pintado de las fachadas.
Incluyen también una parte de desmontaje y limpieza, con la retirada de placas de fibrocemento con amianto por una empresa especializada y diferentes demoliciones: la de la cobertura de teja cerámica, la de la fábrica de ladrillo, la de las cubiertas de las buhardillas, la de las carpinterías, la de las cornisas y ornamentos, la de los lucernarios y la de los pináculos. Finalmente, se está colocando como acabado una cubierta con lámina de zinc con doble engatillado.
Al detectarse nuevas deficiencias en cubierta y fachadas durante los trabajos, el Concello aprobó una modificación del proyecto para ampliar la intervención. Entre otros problemas, tras la instalación de los andamios y la retirada de las tejas se observó que el estado de conservación de la cañería de la cubierta es mucho peor del esperado, con diversos puntos que pueden ser origen de entrada de agua en el edificio. Así, se propuso la ejecución, en todo el perímetro del edificio, de una nueva cañería de zinc, el mismo material que se emplea en la cubierta. También se pudo comprobar de cerca el estado de todas las fachadas.
De esa manera se detectaron zonas en las que el revestimiento de mortero están sueltas, por lo que se decidió reforzar su repicado para la posterior reparación. En cuanto a nuevas necesidades estructurales, se está reforzando el sistema de apoyo para la nueva cubierta. Por otra parte, también hubo que incrementar la protección de los archivos frente a la contaminación por amianto que se podría producir durante la retirada del fibrocemento de la cubierta, ya que está resultando más compleja de la contemplada inicialmente debido a su mal estado. Todo ello implica también la colocación de más andamios.