Carolina Lizandra siempre se dedicó a la hostelería. Su inclinación por elaborar recetas con productos «más sanos» o «menos calóricos» fue lo que la empujó en 2019 a abrir la tienda Comer Sano Mola, donde los ferrolanos pueden adquirir «versiones más saludables de alimentos que ya conocemos». Sus productos se enmarcan en la categoría de los «novel food» y dan respuesta a distintos objetivos: desde adelgazar hasta conseguir comida natural.
Después de haber estudiado Restauración en Pontedeume, esta emprendedora decidió abrir su la tienda ubicada en la calle Paraguay de Ferrol al darse cuenta de que estos productos solo se podían adquirir por internet, en distintas webs, «con sus gastos de envío, sus costes y demás». «La idea surgió de la necesidad de ese tipo de productos de tener un punto físico en el que encontrarlos y un único lugar en el que adquirir toda la variedad de artículos», relata.

La denominación «novel food» no está muy extendida, pero su local alberga desde salsas cero calorías, chocolates sin azúcar, harinas de avena de sabores, pasta alta en proteínas y baja en hidratos de carbono y otro tipo comida y de complementos alimentarios. El objetivo, cuenta la empresaria, es que se puedan aplicar a la cocina diaria haciéndola «un poco más saludable, pero con los mismos sabores de siempre».
¿Nocilla más sana?
«Tengo diferentes tipos de nocilla y cada una es para un tipo de cliente», asegura Lizandra, que explica a la hora de valorar la calidad del artículo hay que tener en cuenta lo que cada persona «entienda por sano» ya que considera que esta palabra hoy en día «tiene una acepción un poco amplia». Por ejemplo, una de sus cremas de chocolate es 100 % natural, pues lleva avellanas, cacao, aceite de oliva y dátiles para endulzarla. «Eso es una nocilla muy sana pero tiene 27 gramos de azúcar, aunque sea del dátil», detalla.

Por otra parte, tiene una nocilla que lleva edulcorantes, «que son más químicos, no tan natural, pero no tiene azúcar y está enriquecida en proteínas». «Nutricionalmente son diferentes. A veces a la gente hay que preguntarle qué objetivo tiene, qué viene buscando, más que generalizar con lo sano, porque aquí hay un abanico muy grande de opciones», remarca la regente.
En este sentido, aclara que quizás una persona que quiera un plan de adelgazamiento u otra que padezca diabetes «no va a poder tomar a lo mejor ese producto que es tan natural, sino que va a tener que tomar unos valores nutricionales». Algunos miran los valores nutricionales y otros el origen del alimento, explica. «Mi tienda no se catalogaría como real fooder», precisa.
Clientela diversa
La numerosa clientela que acude a su local es «muy plural». «Desde señoras que quieren beber más agua y vienen a por saborizantes para el agua o para hacer la repostería, hasta los niños, pasando por deportistas de todo tipo», concreta. Y es que por esta tienda también desfilan todo tipo de deportistas, como personas que hacen musculación o triatletas.
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Además, para afianzar a los usuarios, es activa en las redes sociales. Cada mes hacen un sorteo en Instagram. «Es una herramienta muy útil a día de hoy, prácticamente la comunicación directa que tengo con los clientes es por redes sociales, tanto para preguntas consultas y encargos», narra.
No exentos de polémica
Ante las críticas que puedan recibir algunos de estos productos, Carolina lo tiene claro: «eso es desconocimiento». «Simplemente son clichés que se escuchan. Yo siempre digo que es como cuando te decían que no te podías bañar cuando tenías la regla. Son cosas que se dicen pero que al final es el desconocimiento y yo creo que cada vez hay menos», afirma.
Al respecto, asegura que a su tienda acuden «bastante nutricionistas». «No quiere decir que mis productos sean milagrosos, quiere decir que en tu vida diaria puedes llevar una alimentación divertida, variada y sana». «Son posibilidades», abunda.
