Cristina Irisarri, la surfista ferrolana que transmite los beneficios del yoga

Tras superar un cáncer de mama, cree que la disciplina tiene un poder terapéutico porque ayuda a "afrontar momentos difíciles"
Cristina Irisarri hace yoga en A Coruña con ropa de Oysho | CEDIDA
Cristina Irisarri hace yoga en A Coruña con ropa de Oysho | CEDIDA

La surfista Cristina Irisarri (Ferrol, 1983) pasó hace seis años por un duro golpe, un cáncer de mama que le hizo entender la vida de otra manera. Hasta ese momento solo había hecho yoga de una forma física y no tan constante, pero entonces comenzó a entender los beneficios que tiene esta práctica para la salud mental. Por eso, ahora enseña el poder terapéutico de esta disciplina.

«Decidí formarme como profesora con la idea de poder transmitir a las personas que lo necesiten una práctica que me había resultado a mí tan útil y tan beneficiosa«, cuenta Irisarri, también licenciada en Sociología. Tras realizar una formación de 200 horas y otras más específicas como la de yoga oncológico, imparte clases en A Coruña, en Ferrol y por vía telemática.

Cristina Irisarri practica yoga en una playa con prendas de Oysho | DANIEL SANTALLA

Descubrió el yoga a través del surf, deporte que ha hecho durante toda su vida. «Mi padre hace surf y desde muy pequeña siempre he estado metida en el agua«, relata Cris, que fue durante varios campeona gallega y viajó con la selección española a los mundiales de California.

UMI: La unión del yoga y el surf

Ahora combina sus dos pasiones a través de su proyecto UMI, un universo para reconectar con uno mismo a través del yoga y del surf. «Umi» significa océano en japonés. Escogió este idioma porque tienen un fuerte vínculo con el país asiático. Su hermano, su cuñada y sus sobrinas viven allí. «He ido un montón de veces a Japón y me apetecía darle un toque japonés», explica la deportista.

No obstante, esta iniciativa es mucho más que eso. Ofrece lo mejor que del mar y el surf trasladándolo al interior de cada ser humano a través de una práctica de yoga consciente y respetuosa con uno mismo y con el entorno. Incluye «el concepto de libertad» en el ejercicio del yoga «relacionándolo con el mar, con la naturaleza». «Para mí el yoga y el surf están muy relacionados en ese sentido. Acaban siendo prácticas muy diferentes pero también muy similares», reflexiona.

Cris sobre una tabla de surf | EUGENIO PRADOS

En ambas actividades hay «una conexión» con uno mismo en un contexto «de bienestar» y «de libertad». «Una de las partes más importantes en el yoga es la meditación y en el surf muchas veces llegas a estados meditativos», asegura. También considera que son complementarios, ya que el yoga «trae muchos beneficios» para el surf y «para cualquier deporte en general».

El poder terapéutico del yoga

Cuando tenía 32 años, la ferrolana padeció cáncer de mama y se percató de que «el movimiento es vida». El yoga la ayudó a dotarse de un profundo «autoconocimiento» y a ser consciente de su estado, tanto físico como «más interno». «Para mí personalmente el yoga fue muy terapéutico en esa etapa igual que lo fue el surf», confiesa.

Cris practica yoga en A Coruña | CEDIDA

La disciplina de meditación puede ayudar a «afrontar momentos difíciles», a mantener la calma y a «reducir el estrés». «Para el estado de ánimo cualquier practica deportiva es muy interesante. En esos momentos, estar optimista y con energía positiva es muy importante«, remarca Cris. Destaca, además, que el yoga es adaptable a cualquier persona porque su intensidad se regula según las necesidades de cada uno. De hecho, ella da clases de yoga prenatal y también a personas con cáncer. Sus consejos los ofrece a diario a través de su cuenta de Instagram.

Clases de yoga telemáticas

Irisarri compagina su trabajo en Pull and Bear con las sesiones que imparte. A través de una colaboración con Oysho da clases de yoga en la explanada de las Esclavas, junto al paseo marítimo de la ciudad de A Coruña y también lo hace por vía telemática a través de la red social Instagram. Su colaboración con la firma de ropa incluye también la enseñanza del surf.

El yoga online tuvo su máximo apogeo en el confinamiento. «Se estableció como una nueva modalidad que realmente resulta muy cómoda, porque es una forma de estar en casa y poder hacer alguna actividad», opina la socióloga, que narra que «también sirvió como forma de contacto social en algunos casos».

No obstante, es diferente a la práctica habitual, ya que en una clase presencial se corrigen los movimientos tocando al alumno, pero a través de la cámara la profesora debe estar muy atenta «para dar los ajustes de palabra y afinar mucho». Afortunadamente, los monitores con experiencia como ella, ya saben cuáles son las posturas que pueden dar lugar a «más confusión». «Por un lado, es muy cómodo porque no te tienes que desplazar, lo puedes hacer en tu propia casa, es muy accesible a todo el mundo, pero, por otro lado, sí que se pierde un poco el contacto», concreta Cristina, que insiste en que el yoga online es «muy positivo».

Cristina Irisarri hace surf | MYRIAM ESCUDERO

 

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