Natalia Seijo, psicóloga de Ferrol especializada en psicosomática médica, presentará su primer libro “El cuerpo tiene memoria” el próximo 24 de octubre a las 19:30 horas en la Central Librera de la calle Dolores, que ya está a la venta desde el pasado día 17. En la obra profundiza sobre cómo los conflictos emocionales pueden transformarse en síntomas físicos aun cuando aparentemente no hay una causa médica que los explique, una problemática que, según Seijo, muchas personas enfrentan sin encontrar respuestas adecuadas en el ámbito de la medicina tradicional.
“La psicología psicosomática trabaja con aquellos conflictos o problemas emocionales y psicológicos que se trasladan a síntomas físicos de enfermedad”, explica Seijo. Pero avisa que antes de abordar un problema desde esta perspectiva, “lo primero es ir a un médico especialista para que le realice todas las pruebas pertinentes”. Cuando no haya una explicación médica a lo que le está pasando, es decir, cuando esos síntomas no tengan una base orgánica, se puede empezar a trabajar desde la psicosomática.
En el libro, Seijo advierte que hay traumas complejos y de gran impacto y otros que parecen más cotidianos y sutiles, que también pueden afectar al cuerpo. Los de más entidad, los que se denominan traumas de “T Mayúscula”, suelen estar relacionados con abusos, maltratos u otros eventos traumáticos de gran envergadura. Los de menor gravedad son los traumas de “t minúscula”, que se refieren a situaciones que, aun no siendo tan chocantes, al repetirse o no ser bien gestionadas, pueden generar un impacto similar al de los traumas más grandes. “Los traumas de T minúscula tienen que ver más con las relaciones familiares y sociales, que parecen no afectar tanto, pero cuando se dan muchas veces acaban funcionando como un trauma también complejo”, explica.
Casos reales en la Central
A la presentación de “El cuerpo tiene memoria” —que está dirigido tanto a profesionales de la salud como al público general— acudirán tres pacientes de la consulta de Seijo que compartirán sus testimonios sobre su experiencia con la psicosomática. Estos casos ilustran como enfermedades graves, como las autoinmunes, pueden estar ligadas a traumas no resueltos.
Uno de los testimonios más impactantes es el de María, una paciente diagnosticada con lupus eritematoso sistémico, quien durante 25 años sufrió síntomas graves, como sangrados renales de lo que “parecía chapapote” y su necesidad de tratamiento constante con cortisona. Gracias al enfoque terapéutico de Seijo, la paciente ha logrado estar asintomática y llevar una vida normal, como contará el próximo jueves personalmente, para que la gente vea que la psicosomática “no es un farol, sino una realidad”.
La psicóloga también acerca en su libro las diferentes formas de tratamiento que se pueden aplicar en estos casos, como es el EMDR (Eye Movement Desensitization and Reprocessing), una técnica basada en el movimiento ocular para reprocesar traumas y liberar las memorias atrapadas en el cerebro. Se puede “reprocesar esos recuerdos y desactivar su carga emocional, haciendo que el cuerpo deje de reaccionar de la misma manera”.
La autora cuenta que es una campo que ha tenido especial repercusión por el impacto de la pandemia de COVID-19, cuando hubo un aumento de casos de enfermedades psicosomáticas. Durante este periodo, muchas personas vivieron situaciones de estrés que no pudieron procesar adecuadamente y que les provocaron trastornos autoinmunes y otros síntomas psicosomáticos. “Mucha gente sufrió tanto en el COVID que lo que no pudo salir de una manera más adaptativa salió en forma de síndrome, de trastornos raros”, señala.