Ferrol sacrifica suelo industrial para ganar la pugna por la ciudad deportiva del Racing

El alcalde José Manuel Rey pondrá a disposición del club unos terrenos que había calificado como "claves para atraer empresas"
El alcade de Ferrol, José Manuel Rey Varela | CONCELLO DE FERROL
El alcade de Ferrol, José Manuel Rey Varela tras la Xunta de Goberno Local | CONCELLO DE FERROL

La reciente decisión del Concello de Ferrol de ubicar la ciudad deportiva del Racing en los terrenos de la antigua estación de radio de la Armada en Mandiá, podría comprometer gravemente las posibilidades de desarrollo industrial de la ciudad. Este proyecto ocuparía una parcela de 120.000 metros cuadrados que, según diversos informes y el convenio firmado en su día con el Ministerio de Defensa, tenía como objetivo estratégico la creación de un nuevo foco industrial para Ferrol, una ciudad que padece una importante carencia de suelo destinado a empresas.

El alcalde, José Manuel Rey Varela, ha apostado por estos terrenos, inicialmente considerados vitales para diversificar y estimular la actividad económica local, para acoger las instalaciones deportivas del histórico club verde. Esta decisión responde a un deseo explícito del Racing de Ferrol y permitiría al club consolidar un patrimonio propio tras 105 años de historia.

Sin embargo, el Grupo Municipal Socialista ha mostrado su preocupación, subrayando que este movimiento político responde más a una lucha territorial con el vecino Concello de Narón por atraer las instalaciones deportivas del club, que a las necesidades reales de la ciudad. En este sentido, califican la decisión de «improvisada» y temen que pueda lastrar el crecimiento económico de Ferrol, una ciudad históricamente marcada por la falta de oportunidades industriales.

La parcela de Mandiá, con sus 120.000 metros cuadrados, podría alojar hasta seis campos de fútbol, pero al mismo tiempo podría significar la pérdida definitiva de un recurso industrial estratégico que el propio PP había anunciado previamente como clave para atraer empresas y generar empleo en la ciudad. Este giro ha generado críticas por parte del grupo socialista, que acusan a Rey Varela de incumplir sus compromisos electorales relacionados con la creación de suelo industrial y desarrollo económico.

Un paso atrás en la industrialización de Ferrol

Históricamente, Ferrol ha sufrido una marcada falta de suelo industrial disponible, situación que el propio alcalde José Manuel Rey Varela definió claramente: «Si una empresa quiere instalarse en Ferrol, no puede hacerlo porque no hay suelo industrial disponible». Este problema estructural ha limitado considerablemente la capacidad del municipio para atraer inversiones, lo que ha beneficiado durante años a municipios vecinos como Narón o Fene, que cuentan con infraestructuras consolidadas.

Precisamente para revertir esta situación, el Concello había apostado por convertir la parcela de Mandiá en una ZAPES (zona de aceleración de proyectos empresariales y suelo), una nueva figura que la Xunta pondrá en marcha el próximo 1 de enero y que permitiría desarrollar polígonos industriales en apenas un año y medio, mucho menos que el plazo habitual de una década. Las negociaciones para implementar esta figura en Ferrol estaban ya avanzadas con la Xunta y la Autoridad Portuaria de Ferrol-San Cibrao.

El presidente de la Autoridad Portuaria, Francisco Barea, había subrayado la importancia de desarrollar estos espacios industriales para que las empresas vinculadas al puerto tengan acceso a zonas logísticas cercanas. Así, aunque el polígono de Mandiá no estuviera destinado a operadores portuarios directos, sí se esperaba que atrajese actividad vinculada al sector marítimo, crucial para Ferrol.

Paralelamente, otro proyecto industrial en Leixa, cuya primera fase ya está avanzada con más de 316.000 metros cuadrados disponibles, podría mitigar parcialmente esta carencia. Sin embargo, el polígono de Leixa y el proyectado en Mandiá no eran excluyentes, sino complementarios, con promotores diferentes y objetivos claramente diferenciados. Así, lo que parece una victoria simbólica para el Racing de Ferrol podría acabar suponiendo un coste significativo para el futuro industrial de una ciudad que ya cuenta con escasas opciones de expansión empresarial.

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