Los servicios de socorrismo de Ferrol y Valdoviño colaborarán con sus medios náuticos ante situaciones de emergencia en sus playas después de la firma de un convenio entre los alcaldes de los dos municipios, Ángel Mato y Alberto González.
Así, cuando haya una urgencia en alguna de las playas más cercanas a los límites municipales, los servicios de rescate por mar se movilizarán de forma conjunta para mejorar la respuesta, sin importar de qué ayuntamiento dependan y manteniendo siempre la protección de los espacios propios.
«Se trata de aprovechar los recursos al máximo», ha destacado el regidor de Ferrol, Ángel Mato, quien ha coincidido con su homólogo de Valdoviño, Alberto González, en que esta medida busca «una mayor efectividad» por parte de los servicios de socorrismo.
El acuerdo atañe exclusivamente a las embarcaciones y a los medios materiales, así como a sus pilotos. En estos momentos Ferrol dispone de dos zódiacs y Valdoviño, de tres pequeñas embarcaciones y una moto de agua.
Los alcaldes han insistido en que los ayuntamientos están enfrentando graves problemas para prestar el servicio de socorrismo al no disponer de personal suficiente con la cualificación que exige la Xunta de Galicia, cosa que no ocurre en otras comunidades autónomas.
Por ese motivo «es tan importante una iniciativa como la que Ferrol y Valdoviño están poniendo en marcha, compartiendo el servicio cuando sea necesario».
“La Xunta se escuda en que quiere incrementar la seguridad en las playas, pero lo que está consiguiendo es todo el contrario: para los ayuntamientos mantener esa seguridad está siendo dificilísimo por culpa de una política totalmente errada por parte de la Administración autonómica”, ha asegurado el alcalde de Ferrol.
“Muchos de los socorristas que otros años trabajaban aquí están ahora en otra comunidades autónomas porque no les ponen trabas, y en Galicia se las pone la propia Xunta”, ha completado Alberto González refiriéndose a una situación que parte de la obligatoriedad de realizar un curso que cuesta 1.300 euros y tiene 420 horas de formación para ejercer como socorrista “durante tres meses en el mejor de los casos”, y eso pese la que muchas de las personas que desarrollaban hasta ahora labores de salvamento acumulaban muchas más horas de experiencia real en playas que las que exige el curso.