Nadie hubiera imaginado hace dos años que el equipo de Club de Campo Ferrol fuese a volver con un trofeo de la Oviedo Cup en su primera participación del evento. Un torneo internacional de futbol base en el que juegan equipos de diversos países de, no solo Europa, como Suiza y Portugal, sino de culturas tan diversas como la japonesa, la estadounidense, la mexicana e incluso la emiratí.
La asistencia a esta competición, gracias a la cual los jóvenes jugadores pudieron vivir una experiencia increíble de cinco días, ha sido conseguida por alguien que, con su liderazgo y su habilidad para unir a las personas, está llevando a este club a vivir lo impensable para un equipo ferrolano.
Se trata del coordinador y entrenador de los benjamines B (Sub 10), Marcos Novo, un fenés que recorrió toda España como futbolista y Brasil como entrenador, pero que ahora tiene claro que su intención es quedarse en Galicia y “crecer en un proyecto para no seguir haciendo las maletas”.

El proyecto que le ha anclado a Ferrolterra es el Club de Campo Ferrol. Y es que desde que tomó las riendas, el número de jugadores ha crecido de una manera exponencial. “Al llegar yo en el 2022 contábamos con 60 o 70 niños, pero este año ya son 222 y creemos que va a seguir subiendo”, sospecha Novo. Esto supone un aumento de un 217% en solo dos años del número de fichas.
Ahora mismo, hay 14 equipos entre todas las categorías que van desde biberones hasta juveniles. Pero los que han ido a la Oviedo Cub han sido los Benjamines B y D. El B, que es el de segundo año, ganó en el grupo plata, el Sub 10. El otro Benjamín, de primer año, corrió peor suerte y quedó fuera de las semifinales del Grupo Bronce.
Oviedo Cup
Sin embargo, cuenta que lo bueno de esta competición, que ha tenido lugar el pasado marzo, es que “nunca dejas de jugar”. Los chavales juegan todos los partidos de una categoría, no hay eliminatorias. Aunque reconoce que al Grupo Oro es “prácticamente imposible llegar porque son los equipos más top: las bases de Oviedo, Sporting y jugadores elegidos”.
Sin embargo, con el Benjamin sub 10, aunque tuvieron la opción de meterse en el grupo Oro, al final no pudo ser. Pero reconoce que “al final hasta nos vino bien no entrar en el oro porque pudimos seguir avanzando hasta llegar a la final del grupo plata y ganar en ese grupo”.
“La experiencia iba a ser la misma, ganar casi es lo de menos. Lógicamente, si te traes un trofeo y quedas campeón, para los niños es mucho mejor, pero el objetivo principal era que vivieran una experiencia que no se olvide jamás”, añade.
Novo cuenta que el mayor premio es que, de los 27 niños que fueron con 7 monitores, todos lo pasaron estupendamente. Y ya adelanta que el año que viene van a volver. Confiesa que no solo fue un éxito para el club, sino para los organizadores del campeonato, que el último día les “llamaron para darles la enhorabuena por el buen comportamiento de los chavales”.
Pero es que, además, los niños ganan experiencia vital y se forman como personas. Marcos Novo está convencido: «El fútbol verdadero es el base. Es el deporte en su verdadera esencia. El profesional es diferente porque se convierte en una forma de vida”.
«Momentos que atesoras»
La experiencia de dormir fuera de casa junto a compañeros de equipo, es una parte fundamental del fútbol base. Marcos Novo, aunque ha sido futbolista profesional, rememora esas primeras vivencias que le trajo el deporte, cuando todavía era un niño: “Recuerdo mi primer viaje con un equipo de Coruña, la emoción de ir al hotel, el trayecto en autobús; son experiencias que perduran en la memoria, son momentos que atesoras para siempre”.
Por otro lado, confiesa que este año surgió de una manera precipitada: “Sí que es verdad que cuando me avisaron solo con dos meses de antelación y fue algo duro porque autobús cuesta dinero y no todo el mundo tiene un poder adquisitivo, pero tuvimos la suerte de vender rifas, lo que fue de ayuda”.
Así que el año que viene volverán, pero tendrán más tiempo para la planificación y que así, los padres que puedan, pidan vacaciones y acompañen a sus hijos a una experiencia que forma parte del aprendizaje de los pequeños. Además, los padres en Oviedo se convirtieron en una “afición maravillosa cantando el ¡Esto es Ferrol!, apoyándo a sus hijos en la que fue su propia Champions League”.