La Asociación Nacional de Arqueología Subacuática estudia unos misteriosos cañones hundidos en la ría de Ferrol

Los primeros indicios apuntan a que una fragata española de guerra de finales del siglo XVIII pudo arrojarlos para soltar lastre
El pasado 9 de diciembre tuvo lugar la primera inmersión en el marco de este proyecto | SONARS
El pasado 9 de diciembre tuvo lugar la primera inmersión en el marco de este proyecto | SONARS

La Asociación Nacional de Arqueología Subacuática (SONARS), en colaboración con la Unidad de Buceo de Ferrol (UBUFER) de la Armada, tiene en marcha un imporante proyecto para conocer aún más el patrimonio arqueológico naval de la ría ferrolana. Se trata del proyecto Segaño 2022, surgido a raíz de un hallazgo de cinco cañones de hierros hundidos, precisamente, en esa zona de la costa, por Marcos Antonio García en 2015. Tras meses de estudio, este mes de diciembre el equipo de SONARS realizó una intervención subacuática en la boca de la ría para ver in situ este pecio. Los primeros indicios apuntaban a una fragata española de guerra de 40 cañones de finales del siglo XVIII, pero no se hizo ninguna actuación arqueológica hasta el momento. Con esta prospección, esperan poder estudiar el yacimiento.

«Esta inmersión ha servido para medir los cañones, para tratar de clasificarlos y realizar una fotogrametría, con la que poder reconstruir un modelo 3D en el ordenador y así poder estudiarlos sin necesidad de volver a bucearlos», explica Yago Abilleira, el promotor de la expedición. Aunque el proyecto está en sus primeras fases, las primeras hipótesis apuntan a que una embarcación española de guerra encalló en el bajo de O Segaño y arrojaron cañones por la borda para aligerar pesos y reflotar. De hecho, los cañones están volteados, con la mecha —fogón u oído siendo técnicos— boca abajo. «No se localizó nada con el detector de metales, salvo restos modernos que pudieran ser del mercante Castillo de Coca naufragado en ese mismo lugar en diciembre de 1947″, explica Abilleira. Tampoco se extrajo nada del fondo marino, ni se localizó cerámica, piedras de lastres u otros elementos no metálicos que indicasen un naufragio. «Cuando estudiemos con calma las fotografías veremos si algo que se nos haya pasado por alto».

 

El proyecto está siendo posible gracias a la colaboración entre la entidad, la Armada y el Club del Mar de Ferrol

Parte de los trabajos previos consistieron en documentar la existencia de naufragios o accidentes marítimos por la zona. «Hemos rastreado archivos y nos pusimos en contacto con los mejores historiadores: Santiago Gómez Cañas, Enrique García-Torralba Pérez, el ferrolano Alejandro Anca Alamillo. Por desgracia sin éxito, pese a que parece que se trata de un buque militar, por lo que debería de haber documentación, pero no logramos localizarla«. Aunque en el momento del hallazgo, en 2015, se indicó que uno de los cañones era de bronce, «por desgracia no ha sido así», explica el experto. Se trato de un cañón de hierro con una curiosa oxidación que le hacía parecer de bronce.

También se localizó un grupo aislado de un pequeño cañón y un ancla rota, que parece un yacimiento distinto y cuyas conclusiones tardarán unos días o semanas. Ahora toca procesar la información recogida, analizarla y tratar de llegar a unas conclusiones. «Tenemos seis meses para entregar la memoria, pero todo apunta a que un buque militar español tuvo un incidente en El Segaño del que no nos ha quedado constancia. A priori, parece que los cañones son españoles, hechos en Liérganes y La Cavada (Santander), pero aún no podemos asegurarlo».

 

Se han balizado y realizado fotogrametrías de los cañones para realizar una réplica en 3D

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