Para Gabby Bandt y Roos van Maastrich la pandemia fue el impulso que necesitaban para llevar a la práctica el famoso dicho de “ahora o nunca”. Estos jóvenes holandeses compraron un bus escolar americano -aquellos amarillos que todos conocemos gracias al cine- y lo reformaron para convertirlo en su casa “a jornada completa”.
El bus, que viajó desde Estados Unidos, llegó a su casa y, sin tener idea de construcción, decidieron que lo transformarían en su hogar. Fue un proceso que les llevó trece meses y muchos tutoriales de Youtube, pero les permitió aprender de errores y experiencias ajenas. “Ahora que vivimos en él, lo aprecias aún más porque sabes el trabajo que ha llevado y lo tenemos justo como queríamos”, explica la pareja.
Dejaron su trabajo, vendieron su casa y hace dos meses decidieron finalmente lanzarse a la aventura. Ya habían visitado Francia y el norte de España cuando su bus los llevó a la playa de Pantín. “Nos sorprendió muy gratamente, no la conocíamos y nos tuvimos que quedar una semana haciendo surf y disfrutando las vistas y el ambiente”. Reconocen que, aunque el tiempo no acompañó, se llevan un recuerdo inolvidable.
Otro de los puntos que les llamó la atención sobre la zona fue su gastronomía, y no se olvidaron de remarcar una de sus partes favoritas de la cultura española, los pinchos. “Hemos comido muy bien y en la zona de Ferrolterra encontramos muchos paisajes que no nos esperábamos. Es un rincón único”.
Después de esta aventura emprendieron su camino hasta Santiago, donde solo contaban estar un par de días hasta conducir al país vecino, Portugal. “Nos han dicho que hay una comunidad muy grande de nómadas y gente que viaja como nosotros, así que estamos deseando ver el país y conocer gente”, explican.
Su itinerario no está marcado, pero les gusta dejar su calendario abierto para aquellos planes que surjan por el camino. “Nos gustaría llegar a Marruecos y después ya se verá, tenemos todo el tiempo del mundo”, finalizan.
Poco común en la carretera, pero común en los campings
La sorpresa es la primera reacción habitualmente de la gente que conoce el bus, y hacerse una foto suele ser la segunda. “Hemos tenido gente que nos ha sacado fotos en la carretera y después nos encuentra en Instagram por el nombre y nos la envía. Otras veces estamos aparcados, yo estoy dentro y vemos como se acercan y posan para una foto. Es gracioso a veces y un poco raro otras”, explica riendo la joven holandesa.
Sin embargo, en los campings describen que hay más buses que furgonetas de pequeño tamaño y que su público también es diferente. “Generalmente la gente más mayor viaja en vehículos más pequeños, por su comodidad”, cuenta Gabby Bandt. Pese a que haya más buses y vehículos de mayor tamaño como ellos, afirman que ‘Who’s the bus’, como decidieron nombrar su turismo y su cuenta de Instagram, atrae a muchos ojos curiosos.
“Mucha gente nos dice que si volviese a ser joven como nosotros también lo harían, pero al final si siempre lo dejas para luego, nunca es el momento. Nuestra familia nos apoyó cuando empezamos con la idea, porque también les encanta viajar, y fueron el impulso que nos hacía falta”, finalizan.