Una madre ferrolana ha denunciado la discriminación que ha sufrido su hijo, en silla de ruedas, por parte del colegio concertado en el que estudia, ya que el adolescente, de 16 años, tuvo que abonar casi cinco veces más que el resto de sus compañeros para poder ir a una excursión a la nieve. Desde el centro obligaron a la madre del menor a llevar un cuidador desde Ferrol a Jaca para poder atender sus necesidades. Dicho requerimiento encareció la actividad 1.620 euros. Reprochan al centro que «hubiera sido más barato contratar a uno de la zona», pero le obligaban a «ir acompañado desde el momento que entrara en el bus».
A los servicios del cuidador se ha sumado el coste del monitor, que para el resto de alumnos rondaba los 80 euros y para este alumno ascendió a 655. Eso hace un total de 2.833 euros frente a los 680 del resto. Gastos que ni centro educativo, Concello de Ferrol o Consellería de Educación asumen, alegando que se trata de una actividad extraescolar.
La madre reprocha a la dirección de la institución que no tengan en consideración las características de su hijo a la hora de planificar estas actividades. “Este año los mandaron a esquiar a la nieve y el pasado a hacer rafting”. Lamenta que no se pongan en su lugar y que se crean que “tienen 39 alumnos cuando en realidad tienen 40”. Por otro lado, esta madre afirmar que es verdad que “el concierto con la Xunta se establece con respecto a la parte educativa y las excursiones están planteadas como actividades extraescolares”. Sin embargo, opina que se realizan en horario lectivo y «forman parte del aprendizaje y de la sociabilización”.
Intentos para que desistieran
“No se me facilitaron las cosas, pusieron impedimentos con intención de desalentarnos, diciendo que estaría solo cuando los compañeros estuvieran esquiando”, expresó. Persistiendo en esta lucha, planteó al centro la posibilidad de que el viaje se planificara a una estación de esquí con zona adaptada, cosa que al principio no se había hecho, y que, «efectivamente, luego encontraron”. Además de todas las trabas, revela que en un momento dado le sugirieron que instara a su hijo a no ir. A lo que ella se negó alegando que no le puede decir a su hijo que no le puede mandar por “motivos económicos”, tal y como le planteaban cuando a su otra hija sí la enviaba a otras actividades.
No obstante, reconoce y aplaude la actuación del Asociación de Nais e Pais de Alumnos (ANPA) que sufragó el 8% del importe de la excursión a todos los niños asociados incluido a su hijo, cuyo porcentaje suponía una inversión mayor que la de los demás.

No obstante, apunta que este tipo de centros, al hacer el concierto con Xunta deben disponer de dos plazas reservadas para alumnos con discapacidad. Estas plazas deberían contar con un cuidador que cubra las necesidades de estas personas, pero «por desgracia, los centros no reciben suficientes ayudas económicas», indica. La madre en cuestión se señala que “en los públicos sí tienen una persona de apoyo” y considera que administraciones y colegios concertados “lo están haciendo mal”.
Cuidadores pero no autobuses
En la otra cara de la moneda vemos el colegio As Mirandas de Ares, un centro público que pone a disposición de las familias cuidadores para estos alumnos con discapacidad. Hablamos con Isabel, madre de Marcos, que cuenta las facilidades que le han proporcionado a este respecto. Cuenta que el año fueron de excursión y había una cuidadora, pero que el “niño se sentía incómodo por tratarse de una chica, así que dos profesores del colegio se ofrecieron a acompañarlo», aunque no lo cubría la administración.
Este año indica que «van a ir a Barcelona, y será el colegio quien contrate estos servicios». Si finalmente la consellería no quiere asumir ese gasto, será el propio colegio quien lo haga para que no lo tengan que hacer las familias». Al mismo tiempo que agradece la función de estos profesionales, observa que, por otro lado, existe falta de medios materiales como los autobuses adaptados. Y que para simples salidas de un día los tienen que subir en brazos o llevar la silla manual en vez de la eléctrica, lo que les quita independencia.