Se cumplen 85 años del fusilamiento de 15 hombres en el cementerio de Canido

Sus restos descansan ahora en el camposanto de Catabois, donde una placa conmemorativa les rinde homenaje
Muro del antiguo Cementerio de Canido (Ferrol). Paredón en 1936
Muro del antiguo Cementerio de Canido (Ferrol). Paredón en 1936

El fusilamiento de quince hombres en el cementerio de Catabois en 1936 ha pasado ha la historia como uno de los episodios más crudos de la historia de Ferrol. Hoy, 17 de agosto, se cumplen 85 años desde el ataque que acabó sin juicio previo con la vida de estos ferrolanos de entre 23 y 60 años.  Sus cenizas se encuentran ahora en el camposanto de Catabois, donde una placa conmemorativa no deja que se borre su recuerdo de la memoria colectiva.

Este grupo fue retirado del buque «Plus Ultra», que estaba atracado en la base naval, el domingo 16 de agosto. Uno de ellos es Jaime Quintanilla Martínez, presidente de la Federación Provincial Socialista (PSOE) y alcalde desde 1931. Médico de profesión, contaba 45 años y dejó viuda a la maestra Ángela Ulla, con la que había tenido dos hijos, Jaime, militante de Juventud Socialista, y Ángel.

Otro de ellos era Juan García Niebla, maestro de escuela en Ferrol, de la Institución Libre de Enseñanza, director de una revista pedagógica, es otro de esos quince. Su ingreso en el «Plus Ultra» como detenido por Marina tuvo lugar el 11 de agosto.

La versión oficial sobre su muerte los acusó de desarmar a los falangistas. Los periódicos decían que varios detenidos en el «Plus Ultra» fueron conducidos por fuerzas de la Guardia Civil y falangistas, de noche, a un lugar no concretado, con el objeto de practicar gestiones sobre un supuesto depósito de armas y concretar cargos, cuando de repente los arrestados se lanzaron en masa sobre sus guardianes, tras el llamamiento de García Niebla, desarmando a dos falangistas. Según aquel relato, fue entonces cuando el jefe de la Guardia Civil dio la orden de disparar y matar a los detenidos.

Los quince fueron enterrados en una fosa común del camposanto de Canido, como consta en el libro registro de este cementerio, lugar donde se producían casi a diario los paseos de grupos enteros de presos sacados del «Plus Ultra» y de la Escollera. Algunos afirman que el fusilamiento del exalcalde y sus compañeros fue en el castillo de San Felipe, lo que hubiera provocado el esfuerzo de llevar luego los cuerpos hasta el cementerio de Ferrol. No obstante, según apuntan los historiadores, las tropas buscaban ahorrar trabajo. Los condenados eran eliminados lo más cerca posible de su sepultura. Fue más adelante, en 1966, cuando se trasladaron a Catabois los restos de los fusilados.

Los caídos el 17 de agosto de 1936

No solo personajes conocidos fueron asesinados en aquella noche. La lista la completan el obrero de 23 años Alfonso Abrodes Rey; el carpintero de 24 años, José Pérez Cisneros; industrial y alcalde de Fene de 36 años, Ramón Souto González; radiotelegrafista de 37 años, Manuel Besteiro Luaces; maquinista de 39 años, Cipriano Canosa Caruncho; el maestro de 60 años, Juan García Niebla, el registrado de la propiedad y miembro de Izquierda Republicana, de 36 años, Ángel García Toribio; maquinista del acorazado España de 33 años, Alfonso Raja Coronado; el suboficial de la Armada, Avelino Parrilla Ares; maquinista naval, teniente de alcalde de Mugardos y militante de Izquierda Republicana, Ramón Ríos Sordo; el oficial de Artillería de la Armada de 40 años, Juan Romalde Prieto, el oficial del acorazado España, Manuel Serantes Canosa; el secretario del Concello de Fene, de 34 años, Jesús Tenreiro Prim, y Jaime Quintanilla Martínez, presidente de la Federación Provincial del PSOE, de 45 años.

 

 

 

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