El estado ruinoso que desde hace décadas padecen algunos edificios del casco urbano de A Magdalena de Ferrol, dejó esta noche un episodio que bien habría podido acabar en tragedia. Un inmueble de tres plantas situado en el número 155 de la calle María se vino parcialmente abajo esta madrugada, causando escasos daños en la vía pública ya que contaba con una malla protectora instalada por el Concello en 2008 debido a las graves deficiencias estructurales que presentaba. Fuentes municipales apuntan a que ya se han expedido seis multas coercitivas contra los propietarios.
Según relataron los vecinos, pasadas las tres de la madrugada, se escuchó un enorme estruendo en toda la manzana que alertó a los residentes de la zona, quienes avisaron a los policías y a los bomberos. Tras comprobar el alcance de los daños y reforzar de urgencia algunas de las zonas más afectadas, esta mañana una dotación de Bomberos y el propio arquitecto municipal volvieron al lugar para evaluar la situación y decidir qué hacer con el edificio, que tiene gran parte de la fachada derruida. Se valorarán el estado de las vigas que sirven de sujeción de la medianera con el inmueble contiguo y la necesidad de ejecutar alguna medida complementaria.

El pasado verano, el inmueble fue además desmantelado de madrugada por un grupo de personas que se llevaron elementos de cobre y metal que recubren la parte trasera. La situación, explicaron los vecinos, es compleja, ya que en los últimos años, además de haber sido refugio de ocupas, vive de forma semipermanente una persona con problemas mentales, que es además copropietaria del edificio. Aunque los servicios sociales del Concello y los propios vecinos han intentado en numerosas ocasiones que abandone el inmueble, el hombre se niega a hacerlo. «Es una situación de riesgo para él y para el resto de vecinos», explica uno de los residentes de los edificios aledaños.
La última opción, en el caso de que los propietarios sigan sin atender los requerimientos de la administración local es que el ayuntamiento actúe de forma subsidiaria en este inmueble, como lo ha hecho en otras ocasiones y lo hará en las próximas semanas con el edificio del número 32 de la calle de A Coruña, para garantizar las condiciones de seguridad y salubridad, dado el mal estado general que presenta, según explicaron desde el gobierno en la última comisión de Urbanismo.
