La Asociación Veciñal Rosalía de Castro de A Graña, en Ferrol, ha acusado este martes al Concello de “atropellar sus derechos” en relación a su demanda de más zonas de estacionamiento en el barrio: llevan desde septiembre de 2021 esperando por “una reunión con el concelleiro de Seguridade e Tráfico, Germán Costoya”, no recibieron autorización para una protesta y, al desarrollarla “sin ningún problema”, la Policía Local los identificó igualmente.
“Los vecinos estamos desarrollando una lucha para conseguir que en nuestro barrio se habiliten zonas de estacionamiento de vehículos, ya que, como denunciamos en múltiples ocasiones, no tenemos lugares para aparcar”, explican desde la asociación.
Así, con el fin de “encaminar una resolución al problema”, solicitaron una reunión con Germán Costoya el pasado mes de septiembre de 2021 que “no se consiguió”, tras lo que volvieron a insistir en abril y “todavía se espera respuesta”.
Ante esta situación le solicitaron a al Subdelegación del Gobierno un permiso para manifestarse a la altura de la depuradora de aguas, si bien su petición fue rechazada “en base a un informe del Concello de Ferrol elaborado por la Policía Local” que sostenía que “el lugar de reunión obligaría a los vecinos a dar un rodeo de más de diez kilómetros”, una cuestión “totalmente ficticia” que les llevó a pensar en “una falta de imparcialidad”.
Dada la imposibilidad de manifestarse siguiendo el cauce oficial, los vecinos decidieron protestar cruzando con continuidad un paso de peatones. La Policía Nacional acudió a la zona y “no hubo ningún problema: regularon el tráfico, dieron paso a los vecinos y terminó la concentración”.
“En otra ocasión, sin embargo, vino la Policía Local y las cosas cambiaron: el ejercicio de sus facultades no estaba regido por los principios de proporcionalidad, eficacia, eficiencia y responsabilidad y solicitaron la identificación de algún vecino sin informar en el momento de las razones, vulnerando la Ley de Seguridad Ciudadana”, apuntan los vecinos.
Posteriormente, alguna de estas identificaciones terminó siendo una sanción, “un tercer atropello a los vecinos que fue la gota que colmó el vaso”. Así, aprecian en estas actuaciones una intención por parte del Concello de “impedir que los vecinos puedan protestar y poner de manifiesto que hay cosas que no están haciendo bien”, demostrando su descontento “por no dar soluciones al barrio y ni siquiera sentarse a hablar”.
“Mientras tanto continuamos, con vecinos sancionados y con el problema del aparcamiento sin resolver”, concluyen.
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