El verano pasado marcó el inicio de la primera excavación profesional en el castro de Esmelle, un sitio casi inexplorado tras una breve incursión amateur realizada por la familia propietaria del terreno en los años 70. Durante la campaña del 24 de julio al 1 de agosto del año pasado, 14 personas, entre profesionales y alumnos en prácticas, recuperaron hasta 220 piezas arqueológicas en ocho días de trabajo intensivo.
Este año, la nueva campaña, que comenzó hace dos semanas, está formada por un equipo de diez arqueólogos que están desenterrando nueva información sobre las personas que habitaron la región de Esmelle hace cientos de años. El proyecto se centra en excavar una sección del castro y en la divulgación del patrimonio arqueológico mediante una escuela de verano dedicada a prácticas de arqueología.
Primer hallazgo
La excavación comenzó hace dos semanas con la extracción de los sacos de tierra y el material geotextil que colocaron el año pasado para proteger los restos arquitectónicos descubiertos, según explica Montero Fenollós. El primer hallazgo de este año, de carácter anecdótico, fue una moneda de 10 céntimos de peseta de 1959, con el busto del dictador Franco en el anverso. “Esta pequeña pieza forma parte del registro arqueológico y, por lo tanto, de la historia del lugar”, puntualiza Montero Fenollós, destacando la ironía de que se haya encontrado precisamente el 18 de julio.
En el sexto día de la excavación, se identificaron los restos de un muro de piedra con forma de arco circular, que forma parte de una vivienda castrexa que se está descubriendo. Al día siguiente, se encontraron fragmentos de molinos de rotación circular, utilizados para moler grano a mano, a diferencia de los antiguos molinos barquiformes. Estos molinos, que se popularizaron alrededor del siglo I a.C., mejoraron la eficiencia en la producción de harina y redujeron el esfuerzo físico necesario para moler.
Todos los detalles de la excavación y “sobre esa gran construcción de ´esquinas redondeadas´” serán explicados durante la visita del jueves. Además, desde ayer, la entrada al local de la Asociación de Vecinos de Esmelle cuenta con un panel informativo que presenta un texto explicativo y varias fotos de Tralocastro, con el objetivo de difundir e informar sobre los tres pilares fundamentales del trabajo arqueológico: investigación y formación, difusión y conservación, y educación patrimonial y turismo cultural.