Navantia está a punto de finalizar las tareas de pintado y mejora de la grúa pórtico del astillero de Fene, que dieron comienzo el pasado mes de diciembre y que fue adjudicada a las empresas de la comarca Indasa, Galictio y Neosic. El gris naval que durante las últimas décadas bañó esta gigantesca estructura se ha cambiado por un color verde mucho más llamativo y moderno. Un color que forma parte de la paleta cromática corporativa de la compañía público en un claro guiño hacia las energías limpias y renovables. No en vano, las últimas obras del astillero fenés han estado vinculadas a la producción de jackets para parques eólicos marinos.
La grúa pórtico fue instalada en el año 1972 y en el año 2000 se realizaron los últimos trabajos de saneamiento y pintado de la misma. Después de 20 años, se podía apreciar la degradación de los esquemas de pintura y la presencia de zonas con oxidación. El montante total de los trabajos, que ha implicado a casi un centenar de trabajadores, asciende a 1.600.000 euros. Según la compañía, esta inversión está motivada por la necesidad de prolongar la vida útil del activo, aspecto fundamental por tratarse de un activo estratégico e imprescindible para los procesos de fabricación que se llevan a cabo hoy en día en los diversos programas del Astillero de Fene.
Debido a las enormes dimensiones de la estructura, de 145 metros de ancho y 98 de altura, se han tenido que utilizar robots, plataformas elevadoras y andamios para la zona de las patas y anclajes y otro tipo de andamios colgados del carro superior de la grúa para el pintado de la viga transversal. Los componentes que se han usado han sido una imprimación de epoxi y un poliuretano de alta durabilidad -más de 15 años- y resistente al agua y la corrosión para el acabado final.