En el centro de día Afago, en Fene, la creatividad no tiene edad. Desde hace tres años, sus usuarios, personas mayores con o sin dependencia, se convierten en estrellas de un calendario solidario que cada Navidad combina humor, nostalgia y una causa solidaria. Este año, los mayores han viajado en el tiempo para convertirse en protagonistas de series icónicas como Los vigilantes de la playa, La tribu de los Brady, Starky y Hutch o El coche fantástico.
El objetivo de esta iniciativa no es solo arrancar sonrisas, sino también ayudar. Los beneficios de la venta del calendario, que rondan entre tres y cuatro euros por ejemplar, se destinan íntegramente a la Cocina Económica de Ferrol, una institución que proporciona comidas a personas en situación de vulnerabilidad. “Desde el principio teníamos claro que queríamos que esto fuera algo más que un calendario bonito. Queríamos que ayudase a alguien, y la Cocina Económica encajaba perfectamente”, explica Rubén Fontenla, gerente del centro.
La idea de los calendarios surgió en 2021, inspirada en iniciativas similares vistas en residencias del Reino Unido y España. “Lo vimos en prensa y decidimos intentarlo. El primer año fue más tímido, participaron unos 10 o 15 usuarios, pero ahora ya somos 35 de los 49 usuarios que tiene el centro”, señala Fontenla.
Cada edición tiene una temática diferente. Después de explorar portadas de discos de rock, películas clásicas y personajes históricos, este año el foco ha estado en las series de televisión de los años 70, 80 y 90. La producción del calendario es un proceso artesanal que implica tanto al equipo del centro como a los propios mayores. “Primero elegimos la temática y buscamos imágenes que podamos recrear. No todo el mundo puede mantenerse en ciertas poses o aguantar mucho tiempo, así que adaptamos las fotos para que todos puedan participar”, cuenta el gerente.
Las sesiones de fotos se realizan en el propio centro, y los usuarios disfrutan de cada paso del proceso, desde el vestuario hasta las caracterizaciones. “Si necesitamos materiales específicos, los compramos, pero muchas veces utilizamos cosas que tenemos por casa. Es un trabajo lleno de imaginación y humor”, añade Fontenla. El toque final lo da un diseñador, que edita y maqueta las imágenes para lograr un resultado profesional.
El resultado es un calendario que no solo sorprende, sino que emociona. Los calendarios se venden en el centro de día y en otros puntos de Fene, como las gasolineras de Ortegal Oil y el gimnasio Benny Gym de Jubia. Cada año, el precio varía ligeramente según el formato y los costes de producción, pero suele oscilar entre los 7 y 8 euros.
La respuesta de las familias y la comunidad ha sido muy positiva. “Desde el primer año, tanto los usuarios como las familias se han implicado muchísimo. Ya nos preguntan con meses de antelación: ‘¿Qué vais a hacer este año?’. Incluso familias de usuarios que ya no están en el centro nos llaman para reservar un ejemplar”, cuenta Fontenla. Además de recaudar fondos, este proyecto rompe estereotipos sobre el envejecimiento y destaca la vitalidad de las personas mayores. Las imágenes no solo reflejan creatividad, sino también alegría y complicidad. “Ellos se lo pasan genial. Verles sonreír, disfrazarse y sentirse protagonistas es lo más gratificante. Es una forma de mostrar que las personas mayores tienen mucho que aportar y que su creatividad no tiene límites”, afirma Fontenla.
Los mayores de Afago no solo recrean personajes y series; crean recuerdos, impactan en la vida de quienes necesitan ayuda y demuestran que la solidaridad puede ser tan creativa como efectiva. Como bien señala Fontenla: “Hacemos esto con mucho cariño, y saber que además ayudamos a quienes más lo necesitan es lo que realmente da sentido a este proyecto”. Este calendario solidario, que mezcla nostalgia, humor y generosidad, se ha convertido en una tradición entrañable que no solo llena las paredes de los hogares, sino también los corazones de quienes participan y colaboran.