El secretario nacional de CIG-Industria, Xoán Xosé Bouzas Aboi, ha criticado el reglamento del Fondo de compensación para las víctimas del amianto, que está desarrollando una ley ya aprobada, y que busca compensar económicamente a trabajadores afectados por la asbestosis o a sus familias, sin tener para ello que acudir a la justicia, un reglamento con el que también está en desacuerdo el BNG. Así se expresaban en una rueda de prensa ofrecida en la mañana de este miércoles en Ferrol, en donde además de Bouzas Aboi también se han dado cita el diputado autonómico del BNG Ramón Fernández y Paula Grueiro, del gabinete de Salud Laboral de CIG.
El responsable sindical ha asegurado que «las indemnizaciones propuestas por el Fondo oscilan entre los 27.000 y los 68.000, a los que habría que descontar la tributación al IRPF, de entre el 45 y 47%», unas cantidades que son «ridículas» cuando en algunas sentencias se están logrando hasta quintuplicar estas cantidades. Además, el representante de la CIG ha remarcado que reclaman la «creación de organismos de valoración propios en cada territorio» y que sean las consejerías de sanidad de cada comunidad autónoma «las que emitan una certificación, lo mismo que los organismos de resolución, que deben de ser de carácter provincial o autonómico», con la creación de una comisión de seguimiento a nivel autonómico.
Xoán Xosé Bouzas Aboi ha reclamado un fondo garantizado para todas las resoluciones, y «no restringirlo a los 25 millones de euros», en donde además se contemple «cinco años desde el momento en que el fondo comience a funcionar efectivamente y las personas tengan ocasión de presentar la solicitud» Por su parte, Paula Grueiro, ha detallado que el reglamento «limita el acceso al Fondo a aquellas personas que ya disponen de un reconocimiento administrativo o judicial de una pensión por las patologías recogidas», o de «una indemnización por las mismas patologías que no había podido ser ejecutada». Además, ha señalado Grueiro que «en cuanto a las patologías, no están todas las que son, es una relación muy restrictiva, carente de perspectiva de género, obviando la posibilidad de existir patologías exclusivas de mujeres».