Mugardos llora el fallecimiento de José Deus, a los 94 años de edad, en su casa de la villa mugardesa. Deus, nacido en 1928 en Mugardos, tuvo una vida llena de éxitos y aventuras que bien podrían servir como guión para una película épica. Su legado incluye actos heroicos, como el salvamento de la tripulación de un submarino y su contribución al éxito del astillero de Astano. Con el fallecimiento de José Deus, se pierde a un hombre que dejó una huella significativa en la industria naval y que fue reconocido por su valentía y contribuciones a lo largo de su vida. Su legado perdurará en la memoria de aquellos que conocieron su historia y admiraron su determinación y pasión por su trabajo.
Desde joven, José Deus experimentó una tragedia cuando perdió a su madre y a su tía en un accidente naval sin resolver. Aunque inicialmente se formó como buceador, fue gracias a la influencia de un amigo que decidió presentarse a los exámenes para ingresar en la Escuela de Bazán, donde obtuvo el primer puesto en taller y el segundo en delineación. A partir de ahí, comenzó una trayectoria que lo llevó a la base de submarinos de Cartagena, donde diseñó un submarino torpedo espacioso para dos personas.
En los años 50, vivió uno de los episodios más destacados de su vida. Mientras viajaba en un submarino cerca del sur de África, el comandante, presa del pánico, llevó la nave a una profundidad de 52 metros, encallándola en el lecho marino. Con su valor y serenidad característicos, José Deus decidió salir utilizando técnicas para emergencias en aguas profundas. Nadó hasta la superficie con una boya para pedir ayuda. Después de unas cuatro horas a la deriva, fue rescatado y llevado al hospital debido a su estado de congelación. Su valentía le valió la concesión de la primera de las dos medallas de San Hermenegildo con las que fue condecorado. La segunda medalla la obtuvo por salvar un buque metanero encallado en A Coruña, donde se sumergió en uno de los tanques para sellar una grieta que impedía el achique del agua.
José Deus ingresó en Astano en 1963, donde se jubiló décadas después como director del departamento de Ingeniería y Estudios, y uno de los responsables de su éxito. Durante esos años, se convirtió en uno de los mayores expertos mundiales en el proceso de botadura de buques. Perfeccionó el procedimiento de soporte del buque en grada inclinada sobre cama elástica, lo cual permitió la botadura de los mayores buques del mundo construidos en Astano, como la serie del Arteaga y Al Andalus, de 325,000 y 363,000 toneladas respectivamente. Además, realizó un innovador estudio para aplicar el concepto de construcción en serie a los grandes petroleros en Astano, mediante la transferencia de popas entre gradas. La fama de José Deus se extendió por Europa, donde enseñó sus métodos de lanzamiento de buques y resolvió problemas para arquitectos e ingenieros navales. Su experiencia y conocimientos impresionaron a todos aquellos que aplicaron sus técnicas con éxito.
En la década de los 70, mientras navegaba por el océano Pacífico en un carguero con tripulación italiana, José Deus vivió otra gran sorpresa. Al llegar al norte de Australia, se encontraron con fragatas chinas pertenecientes al gobierno chino de la época. Fueron hechos prisioneros y pasaron siete meses en lo que hoy es Taiwán. En España, se le dio por desaparecido durante ese tiempo, pero logró obtener su libertad trabando amistad con el capitán de la prisión. Allí enseñó matemáticas a los presos y al hijo del capitán. Luego intentó regresar a España, pero no fue posible, así que viajó a Argentina antes de lograr finalmente su sueño de volver a su tierra natal.
José Deus mostraba su descontento con la situación actual de los astilleros de la ría. Según él, el astillero de Astano se ha convertido en una mera estructura metálica, mientras que las gradas deberían ser utilizadas para el lanzamiento de buques. Criticaba la intervención de los partidos políticos en la situación del astillero de Fene, que quedó dañado, y exigía un mayor compromiso político para revertir esta situación.