Las primeras prospecciones en el cementerio de O Val comenzaron en marzo de 2024, y los resultados han revelado huesos con signos de violencia que podrían estar vinculados a asesinatos cometidos entre agosto de 1936 y febrero de 1938 acaecidos en el marco de la Guerra Civil. Estos descubrimientos han llevado a los expertos del Histagra de la USC y del Instituto de Medicina Legal de Galicia (Imelga) a concluir que existen, posiblemente, siete fosas comunes bajo los nichos. Según el forense antropólogo Fernando Serrulla, quien ha participado en la investigación, “non teño ningunha dúbida de que son sete (fosas) porque houbo sete momentos temporais diferentes de asasinatos, e están situadas moi próximas unhas das outras”.
El equipo de investigación retomará las excavaciones el próximo 4 de noviembre, con el objetivo de confirmar la ubicación exacta de las fosas. Las catas anteriores ya indicaron la presencia de restos justo en los bordes de los nichos, lo que refuerza la hipótesis de que las fosas se encuentran en esa área, aunque podrían haber sido alteradas por la cimentación de los nichos. “Nas catas fóra dos nichos non apareceu nada, o que suxire que as fosas están debaixo, pero algunhas puideron ser modificadas cando se construíron os nichos”, ha añadido Serrulla.
Durante una reunión celebrada ayer en el Concello de Narón, la alcaldesa, Marián Ferreiro, los portavoces de TEGA, Román Romero; del PP, Germán Castrillón, y del PSOE, Silvia de Arriba; recibieron al presidente de la Asociación Memoria Histórica Democrática, Manuel Fernández Pita; el forense Fernando Serrulla y familiares de dos víctimas de Narón asesinadas en la época. “Este proceso é crucial para saldar unha débeda coas persoas asasinadas e as súas familias, vítimas dunha represión brutal”, ha afirmado la alcaldesa. El avance en las prospecciones también dependerá de la posibilidad de retirar los nichos, para lo que será necesario contar con los permisos de las familias propietarias.