Una de las grandes demandas sindicales de los últimos años en Navantia Ferrol es la recuperación de la actividad en la fábrica de Turbinas, que posee unas capacitaciones técnicas y humanas de primer nivel mundial, pero que no han sido del todo explotadas en la última década. Una de las últimas tareas de calado que se ha realizado en este departamento es la fabricación de las cajas reductoras para las corbetas de Arabia Saudí que se construyen en la bahía de Cádiz y que llevarán componentes de propulsión ‘made in Ferrol’. Y también para los AOR australianos que han salido de las gradas de la antigua Bazán.
Sin embargo, esta línea de negocio tradicional, como la fabricación de turbinas de vapor y de gas y equipos para buques como engranajes reductores, timones, líneas de ejes, tubos lanzatorpedos o incluso componentes para centrales nucleares, no será suficiente para afrontar los nuevos retos de un mercado que mira cada vez más al proceso global de transición ecológica.
Por eso la dirección de la empresa ha presentado a los trabajadores un plan para garantizar la sostenibilidad de la fábrica de Turbinas, en el marco de su Plan Estratégico y del compromiso con potenciar la actividad de todas las líneas de negocio. El objetivo de Navantia es potenciar las áreas en las que Turbinas tiene una alta especialización y que aportan además valor añadido, como son la fabricación de engranajes reductores, los servicios de apoyo al ciclo de vida y la ejecución de mecanizados especiales.
Precisamente en este último nicho de mercado Navantia tiene sobre la mesa importantes proyectos vinculados a la generación de energías verdes. Uno de ellos tiene como socio tecnológico a la empresa española gasista Enagás, que se ha lanzado hacia la producción de hidrógeno aprovechando el nuevo marco regulatorio y la hoja de ruta del Gobierno de España sobre este tipo de energía. Actualmente existe un acuerdo de intenciones para que la fábrica de Turbinas de Navantia Ferrol se encargase de la producción de los módulos de hidrólisis de estas novedosas plantas. Unos proyectos que están vinculados a los Fondos de Reestructuración Europeos y que por lo tanto están pendientes de aprobación.

El plan de Navantia contempla además una partida superior a los 12 millones de euros durante los próximos cinco años para la modernización del parque de maquinaria y la formación de los operarios. Se reforzará también la acción comercial en el ámbito del mecanizado de grandes componentes en sectores como el de eólica offshore, nuclear o naval. Navantia está trabajando en la puesta en marcha de varios centros de referencia para mejorar su operativa y esta fábrica ha sido designada ya centro de referencia de mecanizado, gracias al diseño de máquinas específicas para productos como el mástil integrado de la F-110.
El astillero ya ha comenzado a dar los primeros pasos para su incursión en nuevas líneas de negocio y el pasado mes el astillero público alcanzó ya un acuerdo con Econward, empresa especializada en tratamiento de residuos sólidos, para la fabricación y montaje de los equipos y componentes de estas plantas de reciclaje. El plan recoge, además, la orientación del modelo de gestión operativa hacia la digitalización, la conectividad y la automatización de procesos.