El recuerdo de las inundaciones de noviembre de 2023 sigue presente en Neda, especialmente en las parroquias de Santa María y As Augas. Durante aquellos días, el desbordamiento de los ríos Belelle y Basteiro transformó los caminos en torrentes e inundó viviendas, dejando importantes daños materiales en casi medio centenar de viviendas. Más de un año después, los vecinos observan con esperanza cómo las recientes actuaciones en el Belelle podrían marcar un punto de inflexión en la seguridad de la zona.
Casi un año después de las riadas, a mediados de diciembre de 2024, Augas de Galicia comenzó a intervenir un tramo de unos 200 metros del río Belelle, en la zona de Camiño da Ponte Grande. Las obras incluyen la retirada de sedimentos acumulados en la presa, la mejora de los muros de contención y la retirada de árboles que obstruían el cauce. Según el director de Augas de Galicia, Roi Fernández, estas actuaciones, fruto del trabajo mano a mano con los vecinos, “melloran a capacidade hidráulica da canle fluvial” y allanan el camino para la demolición de la presa, prevista para febrero.
“Ha impactado mucho en nuestra salud”
Para los vecinos afectados, las obras suponen un alivio tras un largo periodo de incertidumbre y dificultades. Jorge López, miembro de la Plataforma de Afectados por las Riadas de los ríos Basteiro y Belelle, relata cómo los problemas derivados de las inundaciones han afectado tanto a las viviendas como a la salud de los residentes. Según explica, convivir con “niveles de humedad de hasta ‘noventa y nueve por ciento’ ha impactado mucho en nuestra salud y bienestar”.
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“Ahora podemos vivir con tranquilidad”. Aseguran que este es un punto de inflexión y confian en que la eliminación de la presa será “un paso muy importante”. Aunque reconstruir sus vidas está siendo un proceso “muy lento” y tedioso porque algunos de los afectados solo han recibido “un treinta y algo por ciento del valor total” de los daños por parte del Consorcio de Seguros, mientras que otros “lo han perdido todo”. A eso hay que añadir la devaluación de sus propiedades, que muchos pensaron en malvender: “Es una pena, porque vivimos en uno de los Concellos más bonitos de toda la ría.”