El Concello de Neda continúa avanzando en la defensa de la memoria democrática: en los últimos meses del año ha llevado a cabo dos iniciativas destinadas a garantizar el compromiso con la verdad, la justicia y la reparación. Así, el pleno municipal viene de aprobar de forma inicial el reglamento del Consello da Memoria Democrática, un ente consultivo que asesorará y propondrá medidas en línea con la Ley de Memoria Democrática. Su puesta en marcha se había debatido a principios del año, cuando también se puso en marcha el proceso que finalizó con el derribo en octubre de la cruz franquista en los jardines de O Coto.
El Consello de Memoria Democrática
El Consello, cuya puesta en marcha fue propuesta por la Asociación Cultural Memoria Histórica Democrática, estará presidido por el alcalde y contará con la participación de representantes de los grupos políticos, entidades memorialistas y especialistas en historia. Su objetivo será asesorar sobre la aplicación de la normativa estatal en el ámbito local, fomentar la reparación de las víctimas de la dictadura y promover la investigación de episodios históricos ocultos o distorsionados durante el franquismo.
El reglamento aprobado ahora pasará a exposición pública antes de su aprobación definitiva, lo que permitirá recoger las aportaciones de la ciudadanía y entidades interesadas. Según el alcalde, esta iniciativa “es un paso fundamental para honrar a quienes sufrieron las consecuencias del régimen franquista y garantizar que las generaciones futuras conozcan la verdadera historia”.
La retirada de la cruz franquista en O Coto
El pasado mes de octubre, el Concello de Neda procedió a desmontar la cruz de los Caídos, un monumento erigido en 1939 en homenaje a las víctimas del bando franquista durante la Guerra Civil. La decisión, adoptada por unanimidad en la junta de portavoces, estuvo respaldada por un informe elaborado por los historiadores Xosé Manuel Suárez, Bernardo Maiz y Eliseo Fernández. Este documento concluyó que la cruz exaltaba la sublevación militar y la dictadura, lo que la hacía contraria a los valores democráticos y justificaba su retirada en cumplimiento de la ley.
El alcalde, Ángel Alvariño, destacó que el proceso se llevó a cabo con todas las garantías legales, incluyendo la consulta a la principal asociación memorialista de Ferrolterra y la obtención de respaldo jurídico para evitar posibles litigios. “O Concello de Neda fixo o que tiña que facer: conforme ó anunciado, en canto dispuxemos do ditame histórico sobre a orixe e significado do monumento, iniciamos o proceso para a súa retirada, dando cumprimento á lei”, afirmó.
La retirada del monumento se completó en poco más de media hora con la ayuda de una grúa. Tanto la cruz como la lápida fueron trasladadas a un depósito municipal, marcando el fin de 85 años de presencia en el espacio público. Este símbolo ya había sido objeto de debate en el pleno del pasado marzo, cuando el BNG presentó una moción para su eliminación inmediata. Sin embargo, el Gobierno local optó por esperar al informe histórico para proceder con todas las garantías.
Con estas medidas, Neda se posiciona como un referente en la comarca en la aplicación de la Ley de Memoria Democrática, demostrando que es posible avanzar hacia un modelo de sociedad más justa y respetuosa con su historia. La creación del Consello y la eliminación de símbolos franquistas abren la puerta a nuevas acciones que honren a las víctimas del régimen y fomenten la reflexión sobre un pasado que no debe olvidarse.