Nuevos hallazgos en O Val para dignificar a los represaliados del franquismo

Las excavaciones de los arqueólogos en el cementerio naronés dan sus frutos con el hallazgo de un cartucho de bala, restos de botas militares y óseos

Fernando Serrulla, antropólogo forense del IMELGA delante de las catas abiertas en el cementerio de O Val | ENFOQUES

Desde el pasado lunes continúan los trabajos de localización de varias fosas comunes en el cementerio de Santa María do Val de Narón. Buscan a 51 víctimas represaliadas por el franquismo en el que podría ser el enterramiento ilegal más grande de Galicia, después del de Serantes (Ferrol), con unos 175 ejecutados. Las labores, que se prolongan hasta el miércoles, continúan a las que se empezaron el pasado mes de octubre, con la exploración del terreno a través de un georradar para detectar indicios de dichos enterramientos ilegales.

Según las referencias que los investigadores han ido recopilando, estarían sepultados 10 tripulantes del vapor “Domine”, 32 del acorazado España y 2 del “Contramestre Casado”, así como otras 7 personas que trabajaban el campo o militaban en partidos políticos, vecinos de San Mateo, Castro, Pontedeume, Cedeira, Fene, Mugardos, Neda y Ferrol.

Debido al gran número de víctimas que buscan y que los registros de los enterramientos se mueven en un intervalo de tiempo que va desde agosto del 1936 hasta principios del 1938, los investigadores rastrean entre cinco o seis fosas.

Una de ellas, la más grande, con 34 víctimas, sospechan que puede estar debajo de los nichos del fondo del cementerio, que fueron levantados en los años 60 delante de la tapia del fondo del recinto.

Primeros pasos 

Según la investigadora del Histagra, Conchi López Sánchez, primeramente se está haciendo una investigación histórica sobre dónde se podría localizar la tumba. López Sánchez matiza que los trabajos que actualmente se están realizando consisten principalmente en “localizarla, no en exhumarla”.

Para ello, “as testemuñas dos veciños foron de gran axuda”, porque suministraron detalles “sobre xente que recordaba que a fosa principal, na que se encontrarían 34 destos represaliados, estaba ó final do cemiterio”.

En referencia a la fosa que sospechan está debajo de los nichos construidos en la década de los 60. Además, la historiadora explica que “os rexistros oficiais, como o de defuncións de Narón e o Libro Parroquial, rexistran enterramentos” desde 1936 a 1938 que corresponderían con esas víctimas.

Oria Ferreiro, arqueóloga de Tempos Arqueológicos que coordina la excavación, explica que en octubre “se hizo una prospección geofísica con georradar para intentar delimitar y localizar la fosa”. En ese rastreo, observaron, a través de un escáner que mapeaba las capas del terreno, “diferentes anomalías en el cementerio“.

Inicio de la excavación

Así pues, los trabajos del lunes se centraron en abrir un nicho del fondo del cementerio que, conforme las fuentes orales de vecinos y familiares, relataron que durante los años 60 algunos restos de la fosa mayor pudieron ser trasladados a ese punto.

 

Cata abierta frente al sepulcro que se abrió el lunes | ENFOQUES

Lo que encontraron dentro fueron tres bolsas que contenían huesos pertenecientes a un total de 13 cuerpos, entre los que había cráneos de mujeres jóvenes.

Fernando Serrulla, el antropólogo forense del Imelga, ha concluido que los huesos ahí encontrados “no pertenecen a varones y no tienen signos de violencia”, además de que estaban recogidos en bolsas de plástico de supermercado, por lo tanto, “se descartó que fueran represaliados de la guerra civil”. Posteriormente, ha procedido a hacer catas por todo el cementerio.

El martes, en la cata principal que se sitúa frente a los nichos a una distancia de unos 7 metros, ha aparecido un cartucho de un Mauser, “que es el fusil que se utilizaba habitualmente en la Guerra Civil y que no tiene explicación que aparezca en un cementerio”, añade Serrulla, que ve en esto una evidencia clara de que el lugar fue escenario de episodios violentos.

 

Casquillo de Mauser | CONCELLO DE NARÓN

Según las informaciones con las que trabajan, los asesinatos se produjeron enfrente de la iglesia de al lado y posteriormente fueron traslados al cementerio “pero con este hallazgo se hace probable que a algunos los fusilaran dentro del cementerio”, sospecha el forense.

Además de esa vaina, encontraron también unos “zapatos en una posición no funeraria, que podría indicar un enterramiento clandestino”. A través de un experto en indumentaria, el equipo ha confirmado que “los zapatos pertenecen a botas militares”.

Por otro lado, se han hallado unos huesos que no están en posición primaria, en posición anatómica, y que están descontextualizados. Unos fragmentos revueltos. Esto puede que “indique que existe una fosa debajo de los nichos”, por ello las labores se centran en excavar cerca de esos nichos.

En la mañana de este miércoles se ha encontrado un fémur, varios fragmentos de cráneo y un astrágalo izquierdo, que es un hueso pequeño del tobillo que une el pie con la pierna. Uno de los trozos de cráneo presenta unos cortes de sierra de autopsia.

“Esto no se hacía si no hay una muerte violenta, no es un signo directo de violencia, sino indirecto”, explica Serrulla, argumentando que hay que contextualizar “este hallazgo en el lugar en el que estamos, porque las autopsias en aquella época sólo se hacían en caso de muerte violenta”.

El forense se ha mostrado satisfecho con este último hallazgo que ha sido presenciado por el presidente de la Asociación de Memoria Democrática, Manuel Pita, la subdelegada del gobierno Marta Rivas y la alcaldesa de Narón, Marián Ferreiro.

Investigadores

Esta investigación perteneciente al Plan de Memoria Democrática de Galicia lo compone un equipo multidisciplinar de la Universidade de Santiago de Compostela en el que están miembros del Histagra (Historia Agraria Política do Mundo Rural. Séculos XIX e XX), del Instituto de Medicina Legal de Galicia (Imelga) y miembros de Tempos Arqueolóxicos que han estado acompañados en todo momento por la Asociación Cultural Memoria Histórica Democrática de Ferrol.

Finalmente, desde el Plan de Memoria Histórica hacen un llamamiento a todos los vecinos o familiares de víctimas o lo que puedan aportar cualquier tipo de información. Y recalcan que “se trata de un proceso abierto al público y que cualquier testimonio o ayuda que puedan aportar es de agradecer”.

Para contactar con las asociaciones pueden hacerlo a través de la dirección de correo electrónico memoriahistoricademocratica@gmail.com o histagra@usc.es

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