Los trabajadores de Navantia Ferrol han decidido este pasado miércoles, en referéndum y en contra de la postura del comité de empresa, paralizar los trabajos en aceros para la construcción de las nuevas fragatas F-110. La medida estará vigente hasta que no se firme el convenio colectivo, según ha informado el presidente del comité, Carlos Díaz (MAS).
La propuesta, presentada por el sindicato CGT en una asamblea celebrada el lunes, ha sido respaldada por la mayoría de los operarios a través de un referéndum a través de una votación con urna. Según Díaz, la postura del comité era “mantener cierta presión en los trabajos en acero, favoreciendo el empleo en la industria auxiliar y evitando despidos”. Sin embargo, el resultado del referéndum obliga a “no permitir movimientos de bloques ni trabajos en acero hasta que se firme el convenio”.
Posturas
Desde el sindicato CGT, su portavoz Javier Losada, asegura que “el comité de empresa está de espaldas a lo que quiere la plantilla, sobre todo las nuevas incorporación” y traslada que la paralización de los trabajos en aceros “es para mostrar su rechazo tanto a la dirección de la empresa, como al Gobierno”, ya que este es el único accionista. Losada afirma que la plantilla “está sufriendo desde el anterior convenio un empobrecimiento, algo que ahora incluso quieren apuntalar”.
Por su parte, Carlos Díaz también ha señalado que la negociación del convenio colectivo sigue en marcha, con reuniones previstas para la próxima semana con el objetivo de cerrar un preacuerdo antes del 30 de noviembre. “Llevamos dos años y medio sin convenio colectivo. La gente necesita que se ponga todo sobre la mesa y se cierre esta negociación”, ha destacado.
Paro de 24 horas
Este miércoles a las 22:00 horas se iniciaba un paro de 24 horas en todos los centros de trabajo de Navantia a nivel nacional, que finalizará el jueves a la misma hora. Esta medida sustituye una concentración prevista en Madrid ante el Ministerio de Hacienda y una reunión con su titular, María Jesús Montero. Según Díaz, el paro busca “presionar a la dirección de la empresa y al Gobierno para que desbloqueen de una vez por todas las negociaciones”.
La situación refleja el descontento de los operarios tras años sin un acuerdo laboral definitivo, con una creciente presión sobre todas las partes para alcanzar un convenio que satisfaga las demandas de los trabajadores y permita avanzar en los proyectos del astillero.
Según fuentes consultadas a Navantia, “la negociación sigue abierta y hay prevista una nueva ronda de reuniones de la comisión negociadora la semana que viene”. También indican que se está trabajando con el objetivo de cerrar un acuerdo antes de final de año: “La movilización forma parte de un calendario previo y no responde a un deterioro de las negociaciones”, concluyen.