Pablo Milanés: “Si un tema es universal siempre tendrá vigencia, porque todos los procesos sociales, políticos y personales son cíclicos”

El cantante cubano actúa esta noche en Narón, en un concierto íntimo y sensitivo

Pablo Milanés. | JAVIER SALAS

Pablo Milanés (Bayamo, Cuba, 1943), uno de los mayores exponentes de la Nueva Trova Cubana, hará parada este sábado en el Pazo da Cultura de Narón. Lleva más de medio siglo subido a los escenarios, sin embargo, de momento no se plantea la jubilación. A las 20:00, Narón disfrutará de los temas del artista cubano, cuyas entradas llevan agotadas desde casi el comienzo de la venta.

¿Cómo está viviendo el poder retomar los conciertos tras el parón por el COVID-19?

Es como volver a vivir. El tiempo del confinamiento y de limitación de movimientos, en el último año, ha sido una experiencia dura para todos. El hecho de ir retomando cierta normalidad, se agradece mucho.

¿Qué hace un artista en tiempos de confinamiento?

Todos hemos tenido que reorganizar el tiempo en función de la incertidumbre y cierta dosis de sensatez y serenidad. Ha sido un tiempo más íntimo con la familia, de más lecturas, mucho cine, pero también he seguido componiendo y, de vez en cuando, cantaba alguna canción para mis seguidores en las redes.

¿Ha sentido el cariño del público durante estos meses?

Desde luego que sí. He recibido muchos mensajes de cariño, de apoyo y sobre todo de aliento para seguir haciendo música.

Evidentemente, en más de medio siglo de carrera, el público evoluciona con el artista. ¿Cómo ha evolucionado el suyo?

Tengo el gusto de observar que conservo fans, desde que eran jóvenes y casi tienen mi edad, y ellos han dejado el gusto por escucharme en sus hijos o nietos. Es hermoso encontrarme con jóvenes que dicen que llegaron a mi música por influencia de sus padres o abuelos.

Con tantos temas a lo largo de su carrera, ¿es complicado escoger una selección para un concierto?

Generalmente, hago una selección que cubra casi todas las épocas de mi obra. Según temporadas, me recuerdo unas más que otras; a veces, lo que es difícil es elegir 20 o 25 para un recital, pues siempre dejo muchas atrás que quiero cantar.

¿Cómo será el concierto que prepara en Narón este sábado?

Es un concierto en un formato íntimo con dos grandes músicos, al piano y al chelo, que hacen que mis canciones se escuchen en una atmósfera más sensitiva, más especial.

¿Cómo han cambiado sus conciertos desde el primero?

Imagínese que el primero propio sólo estaba yo y una guitarra. Luego, a finales de los 70, conformé un grupo con tres compañeros más. En los 90 éramos 4 músicos y yo. Y en este momento, me expreso con el dueto de piano y chelo, y yo a la guitarra.

Su tema Yolanda, lleva más de 50 años sonando, tanto en la cabeza de la gente, como en la suya propia, ¿cómo cambia la relación de un artista con una de sus canciones más populares a lo largo de los años?

La relación es la misma; yo quiero a todas mis canciones, tanto la que se conoce más el público masivo, como otras más desconocidas. Siempre me da gusto cantar todas mis composiciones.

¿Sus canciones siguen teniendo vigencia en la actualidad, ve situaciones paralelas a las que usted cantaba décadas atrás? 

Desde luego, yo creo que todos los procesos sociales, políticos, incluso las experiencias personales de la gente se repiten; son cíclicas, por eso si un tema es universal, siempre tendrá vigencia.

¿Existe la jubilación para los artistas, se la ha planteado?

Puede que exista por motivos personales, de salud, de intereses particulares, para muchos músicos, pero, en mi caso, nunca me lo he planteado. Ser músico es más que una profesión; es mi vida.

Es conocida su postura contraria al reggaetón y la música urbana latina, sin embargo, las cifras avalan que triunfa. ¿Por qué lo está haciendo?

Si esa música sigue triunfando es buena parte responsabilidad de muchas disqueras, medios de comunicación, que han visto un filón económico en una música que se hace popular rápidamente, aunque su contenido temático o su calidad musical, para mi gusto, no sean enriquecedoras; al contrario, creo que hacen mucho daño.

Salir de la versión móvil