“Prefiro Condenarme”: una reivindicación del derecho a querer en tiempos de la dictadura

La cineasta Margarita Ledo narra la historia de Sagrario, una mariscadora de la ría de Ferrol que desafió las normas sociales que estigmatizaban el deseo femenino durante la época de la dictadura franquista

Escena de la película de "Prefiro condenarme" | PRODUCTORA NÓS

La nueva película de Margarita Ledo Andión, “Prefiro Condenarme”, se estrenará el próximo 22 de noviembre, en vísperas del Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres. Con este proyecto, Ledo busca “visibilizar, dende a clase social e o xénero, a liberdade afectivo-sexual das mulleres do común na época da ditadura”, explorando los derechos afectivos y el “corpo como documento”.

La historia sigue a Sagrario, una mariscadora de la ría de Ferrol que, en 1972, fue juzgada a los 33 años por tener una hija con su amante, un carpintero al que ella definía como “digno de querer”. Su amor desafió las rígidas normas de la época, reclamando su derecho al deseo y la igualdad frente a las mujeres “de arriba”, quienes no sufrían el mismo estigma.

“Nunca se fala dos dereitos afectivos”

El primer impulso para contar esta historia, según Ledo, fue el fallo del Tribunal Eclesiástico de Compostela. “Era o ano 72, que era obviamente tempo da dictadura, por iso o primeiro que me sorprendeu foi que o Tribunal lle dera a razón nunha demanda por adulterio”. La cineasta describe cómo al sumergirse en los archivos de la catedral, se sintió atraída por la historia de Sagrario, especialmente al notar la ausencia de reconocimiento de los derechos afectivos en los documentos de la época.

 

El alcalde de Fene, Juventino Trigo, y la directora Margarita Ledo, durante el rodaje en la zona de Maniños

“En cuestión de dereitos nunca se fala dos dereitos afectivos, considéranse máis os aspectos laboráis, os civís, pero non dos aspectos máis personais”, reflexiona Ledo, recordando que muchas agresiones parten de “razóns íntimas”, un aspecto que, según ella, continúa sin resolverse.

El adulterio como delito exclusivamente femenino

A través de documentos judiciales, reportajes y testimonios familiares, Ledo reconstruyó la vida de Sagrario. “Coñecín á filla, que sabía da historia da súa nai, pero non tan profundamente”, relata. En su investigación, Ledo halló testimonios claros sobre cómo la sociedad castigaba a las mujeres que mantenían relaciones fuera del matrimonio, un “delito” exclusivamente femenino en aquel entonces. “Polo tanto, penalizábase á muller, e iso aparece nos documentos que recuperamos”. La cineasta también menciona otros juicios similares, como uno en Barcelona en 1976, y recuerda que esta mentalidad solo empezó a cambiar con la ley del divorcio en 1981.

La elección de Sagrario para contar su historia también responde a su profesión: “Porque a profesión de mariscadora é exclusivamente galega en todo o mundo… se hai 5.000 censadas, parece que 4.900 son de acó”, cuenta Ledo, que filmó la historia en Fene, Ferrol y Pontedeume. Un hecho que le parece muy relevante para la historia de las mujeres gallegas y su capacidad de sacrificio y resiliencia.

Con planos prolongados y pocos movimientos de cámara, “Prefiro Condenarme” profundiza en la vida de la mariscadora a través de imágenes documentales, performances y archivos familiares. “Xogabamos moito con luz-escuridade, e nese sentido a luz acompañounos ata agora, porque a historia de Sagrario está sendo moi ben recibida”, dice Ledo, agradecida por la selección de su cinta en el Festival de Locarno. Además, se estrenará a nivel internacional el 9 de noviembre en el Festival de Cine Europeo de Sevilla.

Para Ledo, Sagrario es una mujer fuerte, alguien que no se victimiza: “Autoafírmase moito, é unha persoa que se valora a si mesma”. Su historia es más que un retrato de represión; es un testimonio sobre la búsqueda de libertad y amor en tiempos difíciles. “Lembrar é volver pasar polo corazón”, resume la directora, aludiendo a la necesidad de recordar el pasado para reivindicar el derecho a una vida plena y la igualdad de género, que aún se debe defender en el presente.

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