Un estudio promovido por el Centro de Extensión Universitaria y Divulgación Ambiental de Galicia (CEIDA) en la costa del Golfo Ártabro constata que la comunidad autónoma gallega se ha convertido en refugio para algunas especies de aves marinas protegidas y vulnerables. Según informa, se trata de datos recogidos en el proyecto ‘Aves Ártabras’, para analizar la situación de las aves reproductoras en esta zona de la costa gallega.
Además del censo para conocer la situación y tamaño de las poblaciones reproductoras, las investigaciones del CEIDA incorporaron el seguimiento mediante anillamiento científico, la instalación de GPS o el estudio de depredadores para conocer su comportamiento, movimientos y tendencias poblacionales.
Entre los datos que recogieron, figura el descubrimiento por primera vez en el Golfo Ártabro de una pareja de ostrero en la costa de Ares. «En el Golfo Ártabro se sospechaba de su potencial cría a corto plazo por la cada vez mayor presencia de ejemplares durante el verano hasta que se confirmó por primera vez la cría de una pareja de esta especie», señalan los promotores de la iniciativa.
También resaltan los datos relativos a la pardela cenicienta, una especie amenazada, o del cormorán moñudo, del que afirman que encontró en la Costa Ártabra «un escenario idílico para su reproducción». En este caso, se censaron 296 parejas de esta especie, con un aumento de un 24% en el Golfo Ártabro frente al descenso a nivel gallego y nacional. Mientras, el estudio alerta de la preocupante situación de la gaviota patiamarilla en la costa occidental de A Coruña, con un descenso del 70% en la última década.