El accidente registrado en la mañana del pasado sábado 23 de noviembre en las instalaciones de Navantia en Ferrol continúa generando interrogantes. Durante la maniobra de desatraque del buque ‘Brave Tern’, una de las grúas de la embarcación impactó contra una grúa cigüena del astillero, provocando su caída al mar sobre una batea. Aunque no se produjeron daños personales, el incidente ha puesto en marcha una investigación para esclarecer las causas.
Desde Navantia han señalado que la maniobra, habitual en este tipo de operaciones, se realizó con el apoyo de prácticos y remolcadores. Sin embargo, “por razones que se están investigando, la grúa del Brave Tern se enganchó a una grúa del muelle del astillero y terminó derribándola”, indicaron fuentes oficiales de la compañía. Navantia activó de inmediato su comité de emergencia, movilizando los medios necesarios para garantizar la seguridad en la zona y controlar la situación.
Según fuentes consultadas por Enfoques.gal, el incidente podría estar relacionado con un fallo en los sistemas mecánicos del buque. “El práctico daba las órdenes de gobierno al capitán y este a las máquinas, pero los motores respondieron a la inversa, maniobrando en dirección contraria a lo ordenado”, detallaron. Estas mismas fuentes subrayaron que los equipos implicados en el fallo “eran responsabilidad del armador, sin intervención de Navantia”.
La grúa caída al mar será retirada en los próximos días, mientras continúan los trabajos de análisis para determinar con precisión qué originó el accidente. Aunque el siniestro no supone riesgos para las personas ni las instalaciones, reaviva el debate sobre la seguridad en las operaciones portuarias y la gestión de responsabilidades entre los diferentes actores implicados.