Este puente de mayo, Valdoviño se convierte en parada obligada para los amantes del buen comer. Del jueves 1 al domingo 4, el Concello organiza la primera edición de la ruta «Pasea e Tapea», una propuesta tan sencilla como apetecible: pasear por el municipio y descubrir, a golpe de bocado, el talento de su hostelería. Participan 17 bares, cafeterías y restaurantes, que servirán sus creaciones de 12:30 a 15:00 horas a un precio único de 1,5 euros por tapa.
Cada tapa es una excusa para explorar los sabores que definen Valdoviño. Desde clásicos como los callos de A Trasanquesa, los huevos con zorza de Os Dous de Sempre o la tosta de cocido gallego de Casa Marino, hasta propuestas sorprendentes como el futomaki de foie del Clandestino, las bravas del café bar Porta del Sol o el pollo a la Coca-Cola del Morriña.















El mar también tiene su protagonismo en tapas como el salpicón de Mare Nostrum, la causita de pulpo de Campo García, la mini pizza a la mugardesa de Area Branca o el petisco á feira del Teleclub de Vilaboa. Y para quienes disfrutan de sabores con identidad local, no faltan platos con carne, queso, grelos o pan artesano, como el pastel de carne y grelos de Pide&Pika, el brioche de ternera galega de O Bichesco, el costillar de Adán de Kami o la tapa «Malo será» del Atlántico.
Premios con sabor local
Los comensales que prueben las tapas podrán participar en el sorteo de tres cestas de productos gastronómicos, depositando su boleto con el número de teléfono en las urnas de los locales. Y quienes completen 12 sellos de locales en al menos 4 parroquias diferentes, optarán a un almuerzo o cena gratuita en el establecimiento que se alce como el más votado por el público.
La cita busca poner en valor la calidad de la cocina local y apoyar al sector hostelero en una de las épocas más activas del año. El Concello invita a vecinos y visitantes a «descubrir Valdoviño también a través del plato», en una ruta que une paisaje, producto y cercanía. Porque aquí, en cada tapa, hay algo más que comida: hay historia, hay paisaje y, sobre todo, hay ganas de compartir.