“En Valdoviño ya hay empresas que viven del surf todo el año”

Rosana García, edil de turismo de Valdoviño, vivió en primera persona la transformación del municipio costero en torno al turismo del surf. Un deporte que es una forma de vida para los que los practican, pero que, de hecho, también está siendo una forma de vida para muchos vecinos del ayuntamiento

Rosana Garcia, edil de turismo de Valdoviño, en el Océano Surf Museo

El litoral de Ferrolterra, Eume y Ortegal es desde hace décadas uno de los destino predilectos de miles de turistas que cada año se acercan a nuestras costas buscando un tiempo agradable y naturaleza. Pero en los últimos cinco o siete años, un ayuntamiento está experimentando un boom turístico muy característico por su “especialización”.

Hablamos de Valdoviño y su conversión en una “meca” del turismo deportivo y más concretamente del surf. Aunque el Pantín Classic lleva celebrándose desde los años 80, el ayuntamiento se transformó en los últimos tiempos en un auténtico destino de referencia para viajeros de toda Europa.

La imagen de decenas de surfistas batallando por coger las mejores olas ya es una estampa habitual en los arenales de la zona, acreditando que el surf, tal y como como explica la edil de Turismo de Valdoviño, Rosana García, más que un deporte, es una forma de vida. Tanto para los turistas cómo para los muchos vecinos de la villa.

—¿Qué valoración hace como edil del área del peso que está adquiriendo Valdoviño como destino turístico en la comarca de Ferrolterra?

—La zona está en auge. Está cambiando mucho el tipo de turismo. A parte de que sí que crece, hace años el turismo aquí era el de gente de la zona que venía a pasar el verano, porque tenían su casa o la alquilaban. Eso está cambiando y está aumentando el turismo deportivo, sin duda, por el campeonato de surf que nos colocó en el mapa. También por el turismo familiar, pero que ya no vienen de esa manera, como se hacía antaño. Ahora es gente del resto de España o incluso de fuera, que vienen a pasar unos días, un mes o una semana con su familia.

—Aunque el Pantín Classic lleva celebrándose 30 años, este gobierno supo sacarle partido al potencial del surf como reclamo. ¿Cómo es este tipo de turismo?

—Hay un poco de todo. El típico turista nuevo que viene solo o con su pareja en su furgoneta o en su caravana. También vienen familias para aprovechar y practicar el deporte. La intención no era solo atraer al turismo, sino que la gente de aquí fuera consciente del que realmente tenía. Nos parecía muy importante, porque no lo veían como una fuente de ingresos, incluso para el que quiere montar su propia empresa. Por ejemplo, hay gente aquí que hace tablas. Es la industria que tiene Valdoviño ahora mismo.

—Precisamente, este reclamo transformó en los últimos años el tejido industrial y económico de la zona. Se crearon varias empresas relacionadas directamente con mundo del surf.

—Sí, es un poco donde queríamos ir. Que la gente se de ese cuenta que es un turismo que indudablemente interesa y que se puede vivir de eso. Aunque tiene un componente estacional, cada vez vemos a más gente que también viene en invierno. No al nivel que en verano o en Semana Santa, pero durante todo el año en playas como las de Pantín ves la gente que practica surf y gente de fuera.

La gente está concienciándose de eso y cada vez hay más iniciativas privadas y municipales. El camping municipal está enfocado un poco a ese tipo de turismo. También hay nuevos proyectos de iniciativas privadas y otras ya consolidadas, como los campings de Valdoviño y de Meirás, y el área de estacionamiento para autocaravanas. Pero el ejemplo más claro son las escuelas de surf, que también crecieron muchísimo y trabajan todo el año también.

—Respecto a las iniciativas municipales, el gobierno local trasladó recién a la Xunta que quiere impulsar una escuela de tecnificación de surf.

—Se está mirando. Es un proyecto en el que estamos trabajando desde hace tiempo en colaboración con la Federación Española de Surfing y Federación Gallega de Surf. Y para el cual ya cuentan con los terrenos en la zona de A Frouxeira, y el apoyo e interés de la Secretaría General de Deporte de la Xunta.

—Este boom turístico ha llevado incluso al gobierno local a tener que aprobar una modificación del plan urbanístico.
—Sí, precisamente por eso, porque había mucha demanda. El plan está redactándose pero sí que urgía hacer una modificación puntual para este tipo de iniciativas privadas. El objetivo de la modificación es ordenar la implantación de campamentos de turismo en suelo rústico, como campings e infraestructuras para autocaravanas, y dar mayor seguridad jurídica a estas instalaciones, con una creciente y fuerte demanda en el municipio.

—Además del surf, Valdoviño también está siendo una de las cabezas visibles del proyecto del geoparque de cabo Ortegal. ¿Qué potencial turístico cree que tiene?

—Mucha, pero no solo la candidatura, sino el trabajo en sí y que los ayuntamientos que lo integran vendan sus productos de forma conjunta. Ya no es solo la parte geológica, que indudablemente es muy interesante, sino que es uno todo lo que hace que sea otro motivo por lo que tengas que venir a esta zona.

—¿Tiene el Concello de Valdoviño algún otro proyecto en mente vinculado con el turismo?

—Ahora mismo, con la cesión de las Baterías de Campelo está trabajándose con la Diputación en un proyecto para hacer una remodelación de este lugar. Es un enclave maravilloso y en su conjunto, una extensión superior a los 600.000 metros cuadrados. Casi que podríamos unir toda la costa de Valdoviño con sendas y lugares como es Campelo, por lo que estamos trabajando en ese tipo de proyectos, en la línea del turismo de naturaleza, del deporte e incluso de la puesta en valor del patrimonio.

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