¿Volverán los cañones Vickers a la costa de Ferrol y Valdoviño?

La Diputación planea iniciar en el 2024 la recuperación de las antiguas baterías y el presidente provincial abre la puerta a que alguna empresa local recree las piezas de artillería
Baterías de costa de cabo Prior
Baterías de costa de cabo Prior

Hace ya un siglo que en el golfo Ártabro se instalaron cañones de 381 milímetros. De los cuatro emplazamientos que se eligieron, hoy solo pueden verse en uno, en el coruñés monte de San Pedro. No queda ni rastro de ellos en Campelo (Valdoviño) ni en Prior y Lobateiras (Ferrol). La primera de estas tres baterías se desmanteló en los años cuarenta. Las otras dos, a finales de los noventa. Ahora, la Diputación de A Coruña prepara la puesta en marcha la recuperación de las defensas costeras de Ferrolterra, y la intención, si no a corto plazo al menos a medio, es que las siluetas de los Vickers vuelvan a recortarse sobre los acantilados.

El presidente provincial, Valentín González Formoso, explicó en Ferrol que echar a andar esta actuación es uno de los objetivos para el próximo año. Con ese fin se han habilitado fondos en las cuentas de la Diputación por un importe superior a los tres millones de euros. Un tercio de esa cantidad será sufragado por la entidad local, mientras que el Gobierno de España contribuirá con los otros dos tercios, dentro de los planes de sostenibilidad turística. En esta primera fase se recuperarán la Bailadora, en Ares; Campelo, en Valdoviño, y Monte Ventoso, en Ferrol, aunque el plan es extender las actuaciones en el futuro a otros puntos, como el cabo Prior.

González Formoso confirmó que tanto Ares como Valdoviño ya han cubierto todos los trámites para que la Diputación se haga cargo de sus baterías y pueda licitar los trabajos. Falta Ferrol, aunque explicó que confía en que el proceso se pueda cerrar antes de que acabe el año. La propuesta se basa en recrear con la máxima fidelidad posible el escenario y los elementos originales, lamentablemente desaparecidos en su práctica totalidad debido a la “falta de sensibilidad” para su conservación en tiempos pasados.

Entre esos elementos históricos se encontraban las que fueron las piezas más importantes del conjunto, los gigantescos cañones comprados al Reino Unido por el Gobierno de Primo de Rivera. Los originales ya no existen, por lo que, en principio, solo hay dos posibilidades de recuperar, aunque solo sea en parte, el aspecto original de algunas de las baterías: conseguir unos iguales o recrearlos. A día de hoy, existen Vickers de 381 milímetros en Menorca y en la zona de Cartagena, pero la opción a priori factible sería elaborar reproducciones.

Por esto último es por lo que apuesta el presidente de la Diputación, aprovechando el conocimiento industrial de la comarca. Así, apuntó que una buena posibilidad es que empresas locales del sector del metal o incluso la propia Navantia se embarquen en el proyecto.

La apuesta de la Diputación por el patrimonio

El patrimonio fue uno de los temas estrella que trató Valentín González Formoso durante su participación en el ciclo “Conversas no Parador”, del Club de Prensa de Ferrol. Además de las baterías de costa, se refirió actuaciones de gran envergadura en las que la Diputación ya está participando, como pueden ser la recuperación del parque del Pasatiempo, en Betanzos, o el mantenimiento del monasterio de Caaveiro o su decisiva contribución al sostenimiento de Exponav.

“Investimos máis que a Xunta de Galicia en Cultura. Somos a casa da cultura, da recuperación patrimonial. Nunca en nove anos deixamos de incrementar o orzamento”, aseguró el presidente provincial, que lanzó una pulla a Alfonso Rueda: “Está ben invitar aos galegos a cañas por Galicia adiante e ir a “Land Rover”, pero gasta eses cartos en rehabilitar O Pasatempo”. Porque, aseguró, “Galicia é moito máis que o Camiño de Santiago”.

En ese sentido, González Formoso se refirió también al castillo mugardés de La Palma. Considera que, si fuese necesario, debería ser expropiado y q ue la Xunta debe liderar la recuperación de ese bien. Aseguró que la Diputación no es la administración competente ni dispone de recursos para hacerlo, pero se ofreció a sentarse con el Gobierno autonómico y los propietarios para que la fortaleza tenga “o coidado que merece” y pueda ser aprovechada como recurso patrimonial y turístico.

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