Con 23 años, la influencer ferrolana Yoli Rodríguez acumula más de 16.000 seguidores en la red social Instagram. Esta joven fue campeona de España de surf en categoría junior, un reconocimiento que le dio gran popularidad y la oportunidad de ganarse la vida gracias a su éxito en redes sociales.

Surfea en las playas de Ferrolterra desde que tiene 8 años y poco a poco se introdujo en las redes sociales para ser más conocida en el mundo de este deporte. Yoli crecía al mismo ritmo que las redes sociales comenzaban a explotar de éxito. “Empecé colaborando con marcas de surf y luego a raíz de eso, otras marcas me fueron contactando”, explica la influencer, quien acaba de ser madre en diciembre.
“Con el surf siempre tuve patrocinadores, por lo que ya obtenía dinero a cambio del contenido que me pedían”, cuenta Yoli. Ese presupuesto, recalca “no era solo por surfear, sino también por crear contenido como posts o shootings, lo que la marca te pida”.
Mucho más que una simple foto
Mucha gente piensa que el mundo influencer es “subir una simple foto o vídeo a las redes sociales, pero es mucho más que eso, lleva un gran sacrificio detrás”, explica Yoli. La ferrolana hace hincapié en que detrás de esas publicaciones hay “muchas horas sentada en una mesa con un ordenador buscándote la vida”. Actualmente, calcula que la mitad de las marcas contactan con ella y la otra mitad las busca, “pero al principio siempre tienes que ir tú detrás, mandar 500 e-mails para que te contesten a 1”, añade.
Al principio además “cuentas con poco presupuesto”, aunque ahora, gracias al crecimiento que ha tenido en los últimos años, cuenta “con una representante que es quien me ayuda con todo el tema de redactar mails, buscar colaboraciones”.
Según Yoli, su contenido es “la vida que yo hago y lo que voy haciendo en cada momento”. Insiste en que su cuenta de Instagram se adapta a su vida y no al revés, “es muy natural, ahora por ejemplo, como no he surfeado por el tema del embarazo, no subo tantas fotos de surf”, añade la influencer, quien además ha estudiado Visual Merchandising y ha trabajado en tiendas de moda.
“También hay haters, no a todo el mundo le gusta lo que subes y al final a veces te cohíbes, hay tanta que gente que me sigue que a veces no sabes si subirlo, o lo subes pero al final lo quitas… Creo que esto nos pasa al 90% de los influencers”.
Para esta influencer, lo más gratificante del trabajo es «todo lo que hay detrás del resultado: enviar mails y viajar para que te conozcan y que de repente te salga una campaña guay. Eso es que lo estás haciendo bien». Pero también la gratitud de sus fans la anima a seguir, «cuando la gente te escribe para decirte que les encanta mi contenido, eso es que lo haces bien», explica.
La pandemia también ha reducido el trabajo para las influencers

La crisis del COVID-19 también ha afectado a la carga de trabajo de los influencers. “Yo tuve suerte porque firmé un contrato a largo plazo con una marca antes de la pandemia, pero otros influencers que conozco me dicen que hay mucho menos trabajo que antes”, recalca la surfista.
Ahora Yoli está de baja por maternidad, tras haber dado a luz a una niña que se ha hecho un hueco en la cuenta de Instagram de su madre. “Me ha venido en un punto perfecto por el tema del trabajo, como ahora no se puede viajar ni hacer gran cosa por la pandemia, estoy más tranquila en casa con la niña”, explica.
Yoli dice que actualmente no se plantea abandonar las redes sociales, “pero ante sí, al principio ganas poco y no lo disfrutas porque no te salen las cosas y te desmotivas. Pero a medida que te vas poniendo tus retos y los cumples, comienzas a disfrutar”.