Unos americanos han llegado para romper moldes y empezar pintando un pazo de fucsia y a la vez rendir homenaje a Galicia mientras nos introducen en su mundo de lujo bohemio. Está en Vedra, una zona rural y tranquila muy cerquita de Santiago de Compostela. Ir a Casa Beatnik es un auténtico viaje. Sabes que estás en Galicia, pero en realidad es como si te teletransportara a otros países como Marruecos, Francia o Italia. ¿Por qué? Por su estética es de lo más rompedora y variopinta.
Su nombre proviene de la generación de los librepensadores bohemios de los años 1950 y 1960, lleno de arte por todos sus costados, con piezas únicas artesanales, con referentes como Yves Saint Laurent. Se trata de un concepto hecho para exploradores que quieran conocer la Galicia profunda. El inmueble perteneció a Antonio Lopez Ferreiro —antiguo canónigo de la catedral de Santiago y miembro fundador de la Real Academia de la Lengua Gallega—, situada la Ribera del Ulla ha resurgido de la mano de grandes diseñadores para convertirse en una country house llena de lujo bohemio que ha llegado para ofrecer experiencias diferentes.
Cuenta con 13 suites, 6 yurts de lujo glamping , dos restaurantes, bares de coctelería, una piscina de agua salada, iglusaunas, zona y servicio de wellness y spa además de terapeutas y masajistas. Podéis cotillear en su página web para ver más fotos de sus interiores además de conocer más detalles de su historia.
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Aunque en esta ocasión no he estado hospedada allí, sí que puedo hablaros de uno de sus restaurantes donde cené, Tribu. Este restaurante es una preciosa inspiración de una antigua “palloza gallega”, rodeado de diferentes paisajes que puedes ver como los viñedos, la bodega y sus jardines con plantas importadas de diferentes partes del mundo. Ahora que menciono el viñedo, recuerdo que está dirigido por uno de los mejores viticultores de Galicia y tiene una de las cepas más antiguas del mundo, una uva roja llamada Cascón con más de 400 años, Además de las cepas antiguas de Albariño.
Es un sitio mágico, donde te espera Alvaro, el sumiller, y chef Marcos quién se encarga de elaborar el menú degustación que te llevará a otro planeta por un ratito. Cada uno de los detalles que encontramos pueden parecer casualidad, pero es que todo está pensado al milímetro: laa mantelería, la planta de la esquina, el farolillo, los azulejos…
Alvaro te acoge como si fuera tu casa para que estés a gusto en todo momento y te explica cada uno de los platos, mientras ves al chef cocinar delante de ti. Solo hay seis mesas, por lo tanto, se respira mucha tranquilidad en el ambiente. En esta ocasión, no quisimos ver el menú degustación para que nos sorprendiera cada uno de los platos y creo que fue un acierto. El chef Marcos cocina con carbón y leña, además de métodos ancestrales de conservación.
Os dejo una valoración o, si preferís, una pequeña descripción o reseña de algunos de los exquisitos platos que pude probar en Tribu.
El rodaballo que quiso ser plato. Realmente creí que el plato era lo que iba a comerme, pero no. Un corte de rodaballo perfecto ahumado que se deshacía en la boca.
El entrecot sin sal. Pero que llevaba percebes y piparras. De los que más me sorprendió.
La ostra de mi vida. No sé qué 35 ingredientes llevaba esa salsa que me explotaron la cabeza. Una gosadera.
Los berberechos de Noia con salsa de salpicón. Esa salsita verde era pura fantasía, aún seguimos debatiendo si llevaba kiwi o no.
Con La concha de… no podía parar de mojar. Menos mal que Álvaro, el sumiller, me dijo que no me cortara.
Lo importante siempre es la cabeza. Lo dicho, ese bogavante tenía una cabeza que era oro líquido.
El helado de escabeche con fresas, crumble de San Simon y panacotta de tomate.
Todo lo que os cuente es poco. Es una de esas experiencias que, simplemente, no se puede describir con palabras. Por eso tenéis que ir a probarlo y daros un homenaje si os apasiona la gastronomía y sois buscadores de experiencias. Lo que sí puedo afirmar con rotundidad es que cada plato era un homenaje a Galicia, con productos de kilómetro cero, mucho aprovechamiento en cada uno de los productos y que ha sido pura inspiración.
Gracias a Alvaro por cuidarnos y explicarnos todo tan bien ¡y con tanta pasión! Y al chef, Marcos, por su amor a la cocina y a Galicia
@casabeatnik
📍Lugar de Galegos 6
Vedra (A Coruña)
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