“O catarro ben, non te preocupes” “É miña mai” dice cuando termina la conversación por teléfono. El candidato del PSdeG a la Xunta de Galicia habla el gallego de Lugo. Para un oído habituado a un gallego más costero, el de interior suena más “agarimoso”
Es un fin de semana muy importante para el PSdeG. Su convención política, de donde saldrá su programa electoral, arranca con la visita del presidente del Gobierno. Hay un bullicio constante alrededor del candidato. El más tranquilo es él. Su jefa de gabinete atiende varias llamadas telefónicas. Su jefa de prensa comprueba que estén todas las acreditaciones. Un asesor repasa el discurso.
El rostro de Besteiro refleja estos últimos siete años de calvario. Parece que cada arruga de su cara cuenta el sufrimiento de una persecución política y judicial que acabó con una jueza castigada por el CGPJ y con todos los casos sobreseídos. Papel mojado.
Hoy no llueve en Santiago, ha salido el sol. La temperatura exterior es muy baja, pero en el interior del Gaiás compostelano se respira calidez. Una pantalla con el rostro de un Besteiro sereno y sonriente recibe a sus compañeros y compañeras. Se esperan más de mil personas que participarán en los cuatro foros previstos para esa tarde de sábado.
No se le nota nervioso, más bien ansioso por empezar, con ganas, como el goleador justo antes de un importante partido. Mantiene intacta la ilusión de hace diez años. “Agora Camiña Galicia”, reza el slogan. Agora camiña Besteiro, añadiría yo, ya nadie se lo impide.
Impacta su estatura y sus manos. Unas manos fuertes que mueve al compás de sus palabras. Sonríe, se le iluminan los ojos. Besteiro ha nacido para esto, tiene algo que engancha. “¿Qué tal, todo bien?” “¿Queréis un café?” atiende a compañeros de partido que van llegando. Abraza a Abel Caballero, recibe a Inés Rey, agradece que estén allí. “Bos días” “vai frío fóra?” se preocupa.
Hay ganas, “desta vai” que es como decir, esta vez sí. Saludan los de Xuventudes Socialistas levantando el brazo y apretando el puño en un gesto de fuerza y ánimo. Hay ganas, “Nunca choveu que non escampara” termina el video electoral cerrando el candidato un paraguas y sonriendo a cámara. El auditorio en pleno se pone en pie y aplaude. Una larga ovación. Desta vai.