Esta semana con el foco puesto en el caso Rubiales, han pasado desapercibidas dos noticias importantes en Galicia. Importantes por su gravedad. La primera es aberrante. La Xunta de Galicia ha sacado a licitación un contrato por 1,4 millones de euros para concertar las interrupciones voluntarias del embarazo en clínicas privadas. Como leen. La Xunta pretende “privatizar” el servicio de interrupción del embarazo. Esta medida incumple la ley de Salud Sexual y Reproductiva aprobada en febrero de este año, en el que se establece que el aborto es un derecho al que se debe de tener acceso desde la sanidad pública y se debe utilizar la externalización sólo en casos excepcionales.
La Xunta de Feijóo y Rueda lleva 13 años financiando agrupaciones antiaborto como Red Madre, una fundación próxima a la ultraderecha y al OPUS que tiene como patronos a Gallardón o a Suárez Illana. Esta organización enarbola un férreo discurso contra la libre decisión de una mujer sobre su propio cuerpo. Es un ataque directo a los derechos reproductivos de las mujeres ya que el derecho al aborto debe ser gratuito, público y con garantías de calidad para el bienestar de las mujeres.
En Galicia se proveerán nada más y nada menos que 805 servicios para practicar abortos de gestión privada, pero con financiación pública. El Defensor del Paciente “aconseja” a las mujeres no acudir a las clínicas privadas, salvo que así lo decidan, y espera que se “tome conciencia de la gravedad” de esta acción por la que se le “pedirán responsabilidades a la Xunta si ocurre “alguna incidencia”. El PP gallego da otra vuelta de tuerca ideológica a este derecho acercándose todavía más a la ultraderecha y estigmatizando a las mujeres por el hecho de serlo, poniendo trabas al derecho a nuestra salud.
La segunda noticia que hemos conocido esta semana: La Xunta elogia la “labor educativa” de una organización juvenil fundada en el franquismo. La directora Xeral de Xuventude fue a la clausura del campamento organizado por la Organización Juvenil Española. Se fundó en 1960, en pleno franquismo, como organización, dependiendo de la Secretaría General del Movimiento. Estuvo encuadrada en la Delegación Nacional como parte del Movimiento Nacional franquista como “movimiento fundado para la hermandad y entrenamiento de los jóvenes que deseen hacer de su vida un permanente acto de servicio a la justicia y a la Patria, dentro del espíritu cristiano de nuestros mayores”.
La última frase se cambió en 1974 por «dentro de los ideales que inspiran los Principios del Movimiento Nacional». Los once puntos de la promesa de sus miembros (niños desde los 6 años) son los siguientes:
PROMETO:
- Amar a Dios y levantar sobre este amor todos mis pensamientos y acciones.
- Servir a mi patria y procurar la unidad entre sus tierras y entre sus hombres.
- Hacer de mi vida, con alegría y humildad, un acto permanente de servicio.
- Sentir la responsabilidad de ser español dentro de la necesaria comunidad de los pueblos.
- Recordar que el estudio y el trabajo constituyen mi aportación personal a la empresa común.
- Vivir en hermandad con mis camaradas y ser sobrio en el uso de mis derechos y generoso en el cumplimiento de mis deberes.
- Defender la justicia y luchar por imponerla, aunque su triunfo signifique un mayor sacrificio para mí.
- Afirmar la libertad en cada hombre sometiendo la mía al imperio de la norma justa y al respeto a mis superiores.
- Mantener dignamente mi condición de joven y aceptar con gratitud las enseñanzas de mis mayores.
- Honrar con la lealtad de mi conducta la memoria de todos los que ofrecieron su vida por una España mejor.
- Perseverar y conservar frescas en la memoria cada mañana las anteriores afirmaciones, para sentirme activo en el seno de la Organización Juvenil Española.
La OJE organizó en la Illa de Ons un campamento de verano, a cuya clausura acudió la directora xeral de Xuventude, Cristina Pichel. El Gobierno gallego del señor Rueda, difundió dos imágenes del acto y un breve comunicado en el que destaca de la iniciativa que “promueve el cuidado del medio ambiente”. Nada que ver con lo que promueve realmente esta entidad, como habrán podido leer más arriba. Pichel también les dio las gracias por organizar la actividad en Galicia y “dar a conocer la geografía gallega” a los 41 niños de entre 6 y 16 años que estuvieron durante una semana en el campamento.
La OJE, que resume su ideario en lo que llama “promesa”, pide a sus integrantes que tengan como prioridades “servir” a la “patria y procurar la unidad entre sus tierras y hombres”; “afirmar la libertad de cada hombre” y “someter” la propia “al imperio de la norma justa y al respeto” a los “superiores”; y honrar con la “lealtad” de su conducta “la memoria de todos los que ofrecieron su vida por una España mejor”.
¿Hacia dónde nos lleva el PP en Galicia? Nos hace retroceder 40 años en el tiempo. Galicia no avanza hacia una sociedad moderna y libre, donde se respeten los derechos de las mujeres. Legitiman una ideología que anula a las mujeres y nos deja desamparadas ante la violencia obstétrica. Galicia no avanza hacia una sociedad laica, retrocede a pasos agigantados hacia el nacional catolicismo. ¿Qué nos espera como gallegos y gallegas con una Xunta dirigida por el PP, un partido cada vez más próximo a los idearios de la ultraderecha? Quo vadis, señor Rueda?