8M: La desigualdad en Galicia, en cifras

La desigualdad se sigue notando en el mercado laboral: las mujeres tienen más paro, menor tasa de actividad, más temporalidad y parcialidad y una brecha salarial del 22,49% que hace que "trabajen gratis" tres meses
La manifestación del 8M en A Coruña | EP
La manifestación del 8M en A Coruña | EP

El 8 de marzo se conmemora el Día Internacional de la Mujer, una fecha clave para visibilizar las desigualdades de género. Estas también se dejan ver en el ámbito laboral y en Galicia, donde, pese a los avances legislativos y sociales, las mujeres continúan enfrentando obstáculos significativos en términos de empleo, condiciones laborales y brecha salarial. Los sindicatos UGT, CCOO y CIG han publicado informes coincidiendo con esta efeméride y constatan que la situación sigue marcada por una menor actividad y ocupación, mayor desempleo, segregación laboral, mayor temporalidad y parcialidad, así como una brecha salarial persistente.

Menor participación en el mercado laboral

Las cifras reflejan que las mujeres siguen teniendo una menor participación en el mercado de trabajo en comparación con los hombres. La Encuesta de Población Activa (EPA) de 2024 muestra que la tasa de actividad femenina en Galicia es del 49,4%, frente al 57,4% en el caso de los hombres, una diferencia de casi 8 puntos. Esto sitúa a Galicia entre las comunidades autónomas con menor participación femenina en el empleo, solo por detrás de Asturias y Extremadura.

Uno de los principales factores que explican esta brecha es la asunción de responsabilidades familiares y del hogar, una carga que recae de manera desproporcionada sobre las mujeres. De las 627.400 mujeres inactivas en Galicia, 143.600 declaran estar fuera del mercado laboral por “labores de casa”, mientras que en el caso de los hombres solo 19.000 señalan esta razón. Además, el 89,4% de las personas que no buscan empleo por cuidado de menores o personas dependientes son mujeres.

Mayor desempleo y precariedad laboral

En términos de ocupación, las mujeres también enfrentan mayores dificultades. A pesar de representar el 52,3% de la población mayor de 16 años, solo el 48,3% de las personas ocupadas son mujeres. La tasa de empleo masculina es del 52,3%, mientras que la femenina es del 44,5%, reflejando una brecha de 7,8 puntos.

El desempleo es otro indicador donde las mujeres salen perjudicadas. En 2024, la tasa de paro femenina en Galicia fue del 10%, frente al 8,8% en el caso de los hombres. Además, las mujeres tienen menos acceso a prestaciones por desempleo, con una tasa de cobertura del 69,7%, mientras que la de los hombres asciende al 76,5%.

El tipo de empleo al que acceden las mujeres también evidencia desigualdades. La parcialidad sigue teniendo “rostro de mujer”: el 74,6% de los contratos a tiempo parcial corresponden a trabajadoras. De las mujeres ocupadas, el 20,8% tiene contrato parcial, mientras que en los hombres la cifra desciende al 6,6%. Además, el 76,4% de las reducciones de jornada por cuidado de menores son solicitadas por mujeres, así como el 84,6% de las excedencias por cuidado familiar.

Segregación laboral: horizontes limitados para las mujeres

Las mujeres en Galicia no solo tienen menos oportunidades laborales, sino que además se concentran en determinados sectores y enfrentan barreras para el ascenso profesional. El 84,7% de las mujeres ocupadas trabajan en el sector servicios, mientras que su presencia en sectores como la construcción (8,9%), la industria (28,4%) y la pesca (20,7%) sigue siendo muy reducida.

La segregación también se manifiesta en los puestos de dirección. Sólo el 30,8% de los puestos de dirección y gerencia están ocupados por mujeres, y dentro de las grandes empresas del IBEX 35, solo el 32,29% de los órganos de dirección están conformados por mujeres. Esto demuestra que el llamado “techo de cristal” sigue siendo una realidad.

Brecha salarial: las mujeres gallegas trabajan «gratis» casi tres meses al año

Según un informe de CCOO, la brecha salarial en Galicia se sitúa en el 22,49%, lo que significa que las mujeres perciben un salario medio anual de 20.840 euros, frente a los 25.527 euros de los hombres. Esto se traduce en que, en comparación con sus compañeros, las mujeres trabajan «gratis» alrededor de 82 días al año. Esta diferencia se amplía en la jubilación, donde la brecha en las pensiones alcanza el 31,72%.

A pesar de la reforma laboral y la obligatoriedad de los planes de igualdad en las empresas, la desigualdad salarial sigue siendo una realidad persistente. La discriminación retributiva tiene múltiples causas, incluyendo la segregación sectorial, la mayor presencia femenina en empleos temporales y a tiempo parcial, y la menor presencia en puestos de alta responsabilidad.

La reforma laboral: más contratos indefinidos, pero persiste la desigualdad

Una de las pocas mejoras en los últimos años ha sido el impacto de la reforma laboral en la estabilidad del empleo. En 2024, la tasa de temporalidad femenina fue del 19,3%, frente al 12,6% en los hombres, lo que indica una reducción con respecto a años anteriores. Sin embargo, el 60,3% de las personas con contrato temporal siguen siendo mujeres.

El porcentaje de contratación indefinida entre mujeres ha aumentado del 9,3% en 2021 al 30% en 2024, lo que supone un avance significativo. No obstante, esta mejora no ha sido suficiente para eliminar las desigualdades estructurales del mercado laboral.

La corresponsabilidad: una asignatura pendiente en los hogares gallegos

El reparto desigual de las responsabilidades familiares sigue siendo un freno importante para la igualdad en el empleo. Según los datos sindicales, de las personas con contrato a tiempo parcial por responsabilidades familiares, 32.400 son mujeres y solo 3.700 son hombres. Esto refleja la falta de corresponsabilidad en los hogares gallegos, lo que obliga a muchas mujeres a reducir su jornada laboral o incluso abandonar el empleo para encargarse de los cuidados.

Para avanzar en la igualdad, «es fundamental promover medidas como permisos retribuidos por cuidado familiar, intransferibles y equitativos entre hombres y mujeres, así como una mayor inversión en servicios públicos de cuidados».

Propuestas y retos para el futuro

Para los sindicatos, la lucha por la igualdad laboral requiere la implementación de políticas efectivas que combatan la discriminación y promuevan la equidad de género. Entre las medidas más urgentes, destacan el incremento del Salario Mínimo Interprofesional (SMI) hasta el 60% del salario medio estatal o exigir el cumplimiento de los planes de igualdad en las empresas y dotar de recursos públicos para su supervisión.

Asimismo, llaman a combatir la segregación laboral mediante políticas de empleo con perspectiva de género,
garantizar la corresponsabilidad en los cuidados promoviendo permisos retribuidos y servicios públicos de atención a personas dependientes o invertir en educación en igualdad para eliminar estereotipos y fomentar la equidad desde la infancia.

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