El pasado sábado 25 de enero de 2025, 1.850 candidatos se enfrentaron en Galicia al examen Médico Interno Residente (MIR), la prueba que marca el acceso a la Formación Sanitaria Especializada. “Es un día que lo cambia todo”, reconoce Xepe de Lucas, uno de los aspirantes que optó por presentarse tras haber ejercido en Suecia. Su preparación no fue la habitual. “No soy el estudiante más representativo del MIR“, admite. Mientras que muchos comienzan a estudiar en quinto de carrera, él compatibilizó el estudio con su trabajo en el extranjero.
En España, la mayoría de médicos acceden a una especialidad a través del MIR, aunque cuenta que no es tan común que todos los médicos sean especialistas en otros países. “Hay muchos médicos generales que trabajan junto a los especialistas”, explica el joven de 28 años.
En el país escandinavo comenzó su residencia en Medicina Familiar y Comunitaria, un proceso que dura entre cuatro y cinco años y que se homologaría aquí al aprobar el MIR. Por lo que decidió volver para presentarse a la prueba y hacer efectiva su especialización en España. “Quería vivir aquí, me cansé un poco de estar fuera”, reconoce el sonense.
“Saturaron la entrada”
El día del examen no estuvo exento de dificultades. A los consabidos nervios que tiene cualquier estudiante, le sorprendió el caos en los accesos porque muchos opositores vinieron con familiares y amigos. “Lo entiendo, es un momento importante, pero saturaron la entrada dificultando la organización”, comenta. Además, la lluvia no ayudó y muchos de ellos tuvieron que realizar la prueba empapados.
Sobre la preparación, dice que es fundamental apoyarse en una academia: “Conocen hasta el número de caracteres que tiene cada examen”, detalla. Los modelos y predicciones que manejan son bastante precisos y ahora el objetivo es conseguir plaza en Medicina Familiar y Comunitaria, la misma especialidad en la que ya había comenzado a formarse y de la que lo que más le atrea es la relación médico-paciente. “Es clave porque resuelve el 75% de las consultas médicas”, argumenta.
“La medicina de familia evita listas de espera”
Sin embargo, considera que la Atención Primaria sigue sin recibir el reconocimiento que merece. “Aún escucho comentarios como ‘no hagas Familia, elige una especialidad'”, cuenta, “¡Como si esto no fuera!”, critica. Un desprestigio injustificado que afecta a su desarrollo y a la percepción que los pacientes tienen de ella. “Muchos piensan que no tiene valor, pero un buen médico de familia evita derivaciones innecesarias y listas de espera”, sostiene.
Aunque imperfecto en algunos aspectos, el MIR es un mecanismo de acceso equitativo. Un proceso democrático que evita que la especialidad dependa de contactos o influencias familiares, “como ocurre en otros países”. Aunque Xepe indica que, desde su punto de vista, las facultades de Medicina deberían “enfocarse más en formar a los médicos para trabajar, no en los resultados de un examen”.