Detenidos dos de los cinco presos peligrosos fugados de una cárcel de Portugal

Fernando Ribeiro, capturado cerca de la frontera con España, es el segundo de los detenidos; anteriormente, Fábio Fernandes Santos Loureiro había sido interceptado en Tánger

Los cinco presos fugados el pasado mes de septiembre de la prisión de Val de Judeus, en Lisboa | POLICIA JUDICIAL

La Policía Judicial (PJ) de Portugal ha detenido en el norte del país del segundo de los cinco presos que se escaparon de la prisión de Vale de Judeus, cerca de Lisboa, el pasado 7 de septiembre. Fernando Ribeiro Ferreira, de 61 años y con un historial delictivo que se remonta a 1980, cumplía una condena de 24 años por once delitos que incluyen tráfico de drogas o robo, además del secuestro y tortura de un empresario, por el que estaba entre rejas desde 2009. Fue localizado en la región de Trás-os-Montes, en el noreste del país, que limita con Galicia y Castilla y León.

Desde el inicio de la fuga, las fuerzas policiales españolas habían reforzado la vigilancia en las fronteras, especialmente en Galicia, donde la Guardia Civil intensificó los controles en los puntos del sur. La captura de Ribeiro Ferreira fue posible gracias a la colaboración de la Guardia Nacional Republicana de Portugal, que destacó el peligro del recluso debido a su implicación en actos de violencia extrema y criminalidad organizada.

El primero de los fugados capturados fue Fábio Fernandes Santos Loureiro, de 34 años, detenido el pasado 7 de octubre en Tánger. Conocido como “el terror del Algarve”, Loureiro lideraba un clan de tráfico de drogas y armas desde joven. Hasta su fuga cumplía una condena de 25 años de prisión por delitos de tráfico de drogas, asociación ilícita, extorsión, blanqueo de dinero, injurias, robo con agravantes, resistencia y coacción a un funcionario y conducción sin permiso legal

Los tres presos que todavía no han sido detenidos son Mark Cameron Roscaleer, de 39 años; Shergili Farjiani, de 33; y Rodolfo José Lohrmann, alias “El Ruso”, de 59 años. Este último tiene antecedentes en España, donde se le atribuyen varios robos.

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