El cura de Xestoso no nombrará a Israel en misa: «Matan y violan los derechos humanos»

El famoso párroco de Xermade y Guitiriz ha cargado contra el Estado de Israel, denunciando la violencia sobre Palestina, donde Jesucristo "nació, se crió y murió"
El "cura de Xestoso", Luis Rodríguez Patiño, párroco de Momán en Xermade y Labrada en Guitiriz | CEDIDA
El "cura de Xestoso", Luis Rodríguez Patiño, párroco de Momán en Xermade y Labrada en Guitiriz | CEDIDA

El «cura de Xestoso», Luis Rodríguez Patiño, párroco de Momán en Xermade y Labrada en Guitiriz, se ha posicionado claramente sobre el recrudecimiento del conflicto en Oriente Próximo, con la escalada de la violencia entre el Estado de Israel y Hamás: retirará toda referencia a Israel de los textos que lea en sus misas por «matar y violar los derechos humanos».

«Esta decisión se produce a raíz de la amenaza de Israel de un bombardeo total y de una invasión sobre Gaza, en defensa del pueblo palestino (que no de Hamas), que sufre un bloqueo que impide cubrir las necesidades más elementales», ha denunciado el párroco a través de un comunicado en el que también ha llamado al boicot de productos procedentes de Israel.

Así, Luis Rodríguez Patiño ha recordado que Jesucristo «nació en Belén, en Palestina; creció en Nazaret, en Palestina; y murió en Jerusalén, en Palestina», y que el nombre Israel procede de un pasaje de la Biblia donde cambian el nombre del patriarca Jacob por el de «Yisra’el», que significa «el que lucha por Dios». De este modo, las tribus que se confederaron y reconocieron como descendientes de Jacob se llamaron a sí mismos «hijos de Israel» o «israelitas».

«Esta acepción no tiene nada que ver con el Israel que mata y viola los derechos humanos, por lo que creo que todos los sacerdotes que no quieran herir a los hijos de Dios que aman la paz y que respetan la autodeterminación del pueblo palestino no deberían mencionar la palabra Israel en sus celebraciones y menos con un sentido de pueblo que ama la verdad o como la nueva iglesia», ha sentenciado.

Esta decisión iría en la línea de la que ya habían adoptado algunos sacerdotes en relación a la violencia de género y el machismo presente en muchas celebraciones y oraciones.

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